Editores de
"El Camino de
María"
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Acordaos, ¡oh piadosísima
Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los
que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra
asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido
desamparado. Animado por esta confianza, a Vos también
acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el
peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia
soberana. ¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas, antes
bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén.
Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés delante del
Señor, de decirle cosas buenas de mí. "Recordare, Virgo Mater Dei,
dum steteris in conspectu Domini, ut loquaris pro nobis
bona".
(Oración
de la Misa de María Mediadora de todas de todas las
gracias)
El Nacimiento de
Jesús
En aquellos días, se promulgó un edicto de César
Augusto, para que se empadronase todo el mundo. Este primer
empadronamiento fue hecho cuando Quirino era gobernador de Siria, y
todos iban a inscribirse, cada uno a su ciudad. José, como era de la
casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a
la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con
María, su esposa, que estaba en cinta. Y sucedió que estando allí,
le llegó la hora del parto, y dió a luz a su hijo primogénito, lo
envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar
para ellos en la posada . Lc 2,
1-7
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