EL CAMINO DE MARÍA

Cum Maria contemplemur Christi vultum!

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Edición especial

MARÍA DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

25 de  septiembre de 2008

"Le pedimos muchas cosas a Dios, y no las obtenemos. Se las pedimos a María y las obtenemos. ¿Por qué esto? No es que María sea más poderosa que Dios; es que Dios quiere así honrar a Su Madre".

San Alfonso de Ligorio
Las glorias de María

 

TOTUS TUUS

Soy todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida. Dame tu Corazón, oh María.

Soy todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo. Amen.

 

Oh Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo, concediste a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei,  la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei, y que me concedas por su intercesión el favor que te pido... (pídase).  A Tí, Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

25 de marzo al 25 de diciembre

Año Paulino

Junio 2008-2009


 

HIMNO A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

Ruega por nosotros
Dulce madre nuestra
Virgen del Rosario
De San Nicolás.
Salve Madre de la Iglesia
Oh Corazón de María
Dios Padre quiso engendrarte
Con santa sabiduría.
Eres Faro de esperanza
De quien busca cada día
encontrar en Ti la estrella
Para caminar su vida.
Eres Tú la Inmaculada
Llena de gracia Divina,
Que a tus hijos pecadores
Vida y perdón comunicas.
El Espíritu te enseña
A ser el camino y guía
Para que el mundo comience
A buscar la paz perdida.
Santa Madre de Jesús
Señora Virgen María
Borra la ceguera al hombre
Danos la eterna alegría
Danos paz y amor fraterno
Saca el odio esta vida
no nos dejes de tus manos
Sálvanos Virgen María.
Amén.

Estimado/a Suscriptor/a de "El Camino de María"

Con la imagen de María del Rosario de San Nicolás  presentamos esta edición especial de  "El Camino de María", Newsletter Semanal con textos para hacer oración con María Santísima, Madre del Redentor.
 
En setiembre de 1983, la población de San Nicolás se conmocionó con la noticia de que en diversas casas de familias se iluminaban los rosarios, despertando el sentimiento religioso de unos y el escepticismo de otros.
 
Mientras esto se repetía, cada vez con mas frecuencia, congregando al rezo del Santo Rosario a multitud de vecinos, a una mujer sencilla, buena esposa y madre ejemplar, comienza a aparecérsele la Santísima Virgen, registrándose el 25 de setiembre de 1983 como la fecha en que por primera vez experimenta este suceso maravilloso.

El mayor mérito de esta mujer consiste quizás, en la discreta conducta observada, ya que nunca intentó cobrar notoriedad pese al extraordinario privilegio de haber sido destinataria de tal gracia.
 
Comienza así el fluido e ininterrumpido dialogo, donde la Reina del Cielo avala sus Mensajes con citas bíblicas, cuya concordancia resultaría imposible explicar sin la intervención divina, por no contar la receptora, con la mas elemental instrucción bíblica, exegética y teológica necesaria, para armonizar los textos de los mensajes con los de la Palabra de Dios, en forma tan exacta.
 
Los Mensajes constituyen una verdadera Catequesis de nuestra Madre, cuya principal temática, al estilo de Lourdes, Fátima o Lasalette, o de las otras Revelaciones de la Virgen son:

-La alianza entre Dios y su pueblo, la necesidad de la conversión de los pecadores.
-La recomendación insistente de orar por la paz del mundo.
-La conveniencia de difundir y practicar la devoción del Santo Rosario.
-La importancia de hacer penitencia y predicar la Palabra de Dios, tema este último, que adquiere en labios de la Virgen un carácter de suma urgencia, las frecuentes exhortaciones a la paz, al amor al prójimo.
-La necesidad de comulgar frecuentemente y orar pidiendo al Espíritu Santo
.

Todo este acontecimiento, así como también los Mensajes, están dentro de lo que la Iglesia llama “revelaciones privadas”. En este caso, como ocurre en toda revelación privada, los fieles no están obligados a creer.  Leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica: "A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas "privadas", algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de "mejorar" o "completar" la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia." (articulo n.67)

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Invitamos a todos los suscriptores de El Camino de María, y a todos sus amigos y conocidos, a inscribirse gratuitamente en el e-Curso que remitiremos por correo electrónico que lleva por título:  CONTEMPLAR A CRISTO CON LOS OJOS DE MARÍA, cuyo contenido lo pueden leer en la última sección de esta edición especial. Para inscribirse deben llenar un sencillo formulario con su nombre y su dirección de e-mail desde:

http://www.JuanPabloMagno.org/formulario2.htm

Cada e-mail del e-Curso contiene la transcripción de un capítulo de la Carta Apostólica ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, y textos sobre el SANTO ROSARIO extractados de la extensa catequesis de Juan Pablo II, como así también puntos de meditación de San Luis María Grignion de Montfort, seleccionados de su libro EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTO ROSARIO.

 
Este es el aporte que hace El Camino de María para que durante el mes de octubre todos podamos vivir muy unidos a María, Reina del Santo Rosario. Recordemos, con palabras del Papa Juan Pablo II, que "...El Rosario ofrece el 'secreto' para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo  El Camino de María. ..." .
 
Imploremos la bendición y protección de María del Rosario de San Nicolás con la siguiente oración.
 

MADRE DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

Santa María, Madre nuestra
que en cada misterio del Santo Rosario
nos brindas al Salvador.
Acudimos a Ti necesitados.
Nos alegramos que desde la Cruz
el Señor te haya encomendado la misión
de acercarnos a Él y a su Iglesia
por la conversión y la penitencia.
Alentados por la confianza que nos inspiras
ponemos en tus manos maternales
nuestras preocupaciones y temores.
Deseamos imitar tu fidelidad a Dios
Aceptando con amor y humildad todas las pruebas.

¡Madre nuestra del Rosario de San Nicolás!

que tu presencia renueve nuestra vida,
alivie nuestro ser agobiado por
el sufrimiento y la enfermedad,
sostenga nuestra docilidad a la Gracia
y fortalezca nuestro amor a los demás,
convirtiéndonos así en testigos del amor
del Padre que no vaciló, por tu intermedio,
en darnos a Jesús.
Amén.

 
 
 

Más información la puede obtener en:  www.virgen-de-san-nicolas.org


MEDITACIONES  DEL SIERVO DE DIOS JUAN PABLO II

 

EL CULTO A LA VIRGEN MARIA

Audiencia General del miércoles 15 de octubre  de 1997

EL CULTO A LA VIRGEN MARIA

Queridos hermanos y hermanas:

1. «Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer» (Gál 4,4). El culto mariano se funda en la admirable decisión divina de vincular para siempre, como recuerda el Apóstol Pablo, la identidad humana del Hijo de Dios a una mujer, María de Nazaret.

El misterio de la maternidad divina y de la cooperación de María a la obra redentora suscita en los creyentes de todos los tiempos una actitud de alabanza tanto hacia el Salvador como hacia la Mujer que lo engendró en el tiempo, cooperando así a la Redención.

Otro motivo de amor y gratitud a la Santísima Virgen es su maternidad universal. Al elegirla como Madre de la humanidad entera, el Padre celestial quiso revelar la dimensión  materna de su divina ternura y de su solicitud por los hombres de todas las épocas.

En el Calvario, Jesús, con las palabras: «Ahí tienes a tu hijo» y «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,26-27), daba ya anticipadamente a María a todos los que recibirían la buena nueva de la salvación y ponía así las premisas de su afecto filial hacia ella. Siguiendo a San Juan, los cristianos prolongarían con el culto el amor de Cristo a su Madre, acogiéndola en su propia vida.
 
2. Los textos evangélicos atestiguan la presencia del culto mariano ya desde los inicios de la Iglesia. Los dos primeros capítulos del evangelio de San Lucas parecen recoger la atención particular que tenían hacia la Madre de Jesús los judeocristianos, que manifestaban su aprecio por Ella y conservaban celosamente sus recuerdos.

En los relatos de la infancia, además, podemos captar las expresiones iniciales y las motivaciones del culto mariano, sintetizadas en las exclamaciones de Santa Isabel: «Bendita tú entre las mujeres (...). ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1,42.45).

Huellas de una veneración ya difundida en la primera comunidad cristiana se hallan presentes en el cántico del Magníficat: «Desde ahora me felicitarán todas las generaciones» (Lc 1,48). Al poner en labios de María esa expresión, los cristianos le reconocían una grandeza única, que sería proclamada hasta el fin del mundo.

Además, los testimonios evangélicos (ver Lc 1,34-35; Mt 1,23 y Jn 1,13), las primeras fórmulas de fe y un pasaje de San Ignacio de Antioquía atestiguan la particular admiración de las primeras comunidades por la virginidad de María, íntimamente vinculada al misterio de la Encarnación.

El Evangelio de San Juan, señalando la presencia de María al inicio y al final de la vida pública de su Hijo, da a entender que los primeros cristianos tenían clara conciencia del papel que desempeña María en la obra de la Redención con plena dependencia de amor de Cristo.
 
3. El Concilio Vaticano II, al subrayar el carácter particular del culto mariano, afirma: «María, exaltada por la gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y hombres, como la Santa Madre de Dios, que participó en los misterios de Cristo, es honrada con razón por la Iglesia con un culto especial»
.
Luego, aludiendo a la oración mariana del siglo III «Sub tuum praesidium»Bajo tu amparo»- añade que esa peculiaridad aparece desde el inicio: «En efecto, desde los tiempos más antiguos, se venera a la Santísima Virgen con el título de Madre de Dios, bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades.» 
 
4. Esta afirmación es confirmada por la iconografía y la doctrina de los Padres de la Iglesia, ya desde el siglo II. En Roma, en las catacumbas de Santa Priscila, se puede admirar la primera representación de la Virgen con el Niño, mientras, al mismo tiempo, San Justino y San Ireneo hablan de María como la nueva Eva que con su fe y obediencia repara la incredulidad y la desobediencia de la primera mujer. Según el Obispo de Lyon, no bastaba que Adán fuera rescatado en Cristo, sino que «era justo y necesario que Eva fuera restaurada en María». De este modo subraya la importancia de la mujer en la obra de salvación y pone un fundamento a la inseparabilidad del culto mariano del tributado a Jesús, que continuará a lo largo de los siglos cristianos.
 
5. El culto mariano se manifestó al principio con la invocación de María como «Theotókos», título que fue confirmado de forma autorizada, después de la crisis nestoriana, por el Concilio de Éfeso, que se celebró en el año 431.

La misma reacción popular frente a la posición ambigua y titubeante de Nestorio, que llegó a negar la maternidad divina de María, y la posterior acogida gozosa de las decisiones del Concilio de Éfeso testimonian el arraigo del culto a la Virgen entre los cristianos. Sin embargo, sobre todo desde el Concilio de Éfeso, el culto del pueblo de Dios hacia María ha crecido admirablemente en veneración y amor, en oración e imitación. Se expresó especialmente en las fiestas litúrgicas, entre las que, desde principios del siglo V, asumió particular relieve «el día de María Theotókos», celebrado el 15 de agosto en Jerusalén y que sucesivamente se convirtió en la fiesta de la Dormición o la Asunción.

Además, bajo el influjo del «Protoevangelio de Santiago», se instituyeron las fiestas de la Natividad, la Concepción y la Presentación, que contribuyeron notablemente a destacar algunos aspectos importantes del misterio de María.
 
6. Podemos decir que el culto mariano se ha desarrollado hasta nuestros días con admirable continuidad, alternando períodos florecientes con períodos críticos, los cuales, sin embargo, han tenido con frecuencia el mérito de promover aún más su renovación.

Después del Concilio Vaticano II, el culto mariano parece destinado a desarrollarse en armonía con la profundización del misterio de la Iglesia y en diálogo con las culturas contemporáneas, para arraigarse cada vez más en la fe y en la vida del pueblo de Dios peregrino en la tierra.

"CONTEMPLAR A CRISTO CON LOS OJOS DE MARÍA"

 
 
1.INTRODUCCIÓN
2.CONTEMPLAR A CRISTO CON MARÍA.
3.MISTERIOS DE CRISTO, MISTERIOS DE LA MADRE.
4.«PARA MÍ LA VIDA ES CRISTO»
5.UN TESORO PARA RECUPERAR
6.EXCELENCIA DEL SANTO ROSARIO POR LAS ORACIONES DE QUE ESTÁ COMPUESTO: EL CREDO . EL PADRENUESTRO.
7.EXCELENCIA DEL SANTO ROSARIO POR LAS ORACIONES DE QUE ESTÁ COMPUESTO: EL AVEMARÍA. EL GLORIA.

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