
Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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"Le
pedimos muchas cosas a Dios, y no las obtenemos. Se las pedimos a María
y las obtenemos. ¿Por qué esto? No es que María sea más poderosa que
Dios; es que Dios quiere así honrar a Su Madre".
San
Alfonso de Ligorio
Las glorias de María
«¿Quién puede apreciar la santidad y la perfección
de Aquella que fue elegida para ser la Madre de Cristo? ¿Qué dones debió
tener, quien fue elegida para ser el único familiar más cercano en la
tierra al Hijo de Dios, la Única a quien Él estaba obligado por
naturaleza a venerar y admirar; la Escogida para guiarle y educarle,
para instruirle día a día, a medida que crecía en sabiduría y en
estatura?»
Beato John Henry Newman. Parochial and Plain Sermons,
II, 131-2.
Edición 610
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
Madre de Misericordia y Consuelo de
los afligidos
24 de septiembre de 2011


TOTUS TUUS
Soy todo tuyo y todas mis cosas Te
pertenecen. Te pongo al centro de mi vida. Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.


Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste al Beato Juan Pablo II
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia
peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también
responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana,
convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en
ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que
te dignes glorificar al Beato Juan Pablo II y que me concedas por su intercesión el favor que te
pido... (pídase).
A Tí, Padre Omnipotente, origen del
cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y
de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo,
alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25 de marzo
al 25 de diciembre
VIA MATRIS
Contemplación y meditación de los 7 Dolores de la Virgen
Santísima
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La
Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que
concedía 7 gracias a quienes diariamente le honrasen
considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete
Avemarías:
1.Pondré paz en sus familias.
2.Serán
iluminados en los Divinos Misterios.
3.Los
consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4.Les
daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad
adorable de mi Hijo y a la santificación de sus almas.
5.Los
defenderé en los combates espirituales con el enemigo
infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
6.Los
asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el
rostro de su Madre.
7.He
conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen
esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de
esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues
serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su
consolación y alegría.
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Estimado/a Suscriptor/a de "El Camino de María"
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La imagen
de
"Nuestra Señora de la Merced", "Madre de Misericordia"
y "Consuelo de los afligidos" que preside esta edición
de "El Camino de María" es una
hermosa pintura religiosa del artista peruano José Gil de
Castro y data del año 1820.
El título mariano la Merced
se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los
Mercedarios el 10 de agosto de 1218,
en Barcelona, España.
La talla de la imagen de
la Merced que se venera en la
Basílica
de la Merced de Barcelona
es del siglo XIV.

San Pedro Nolasco, inspirado por la Santísima
Virgen, funda una orden dedicada a la Merced (Obras de
Misericordia).
Su misión particular era la misericordia para
con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos
miembros de la orden canjearon sus vidas por la de presos y
esclavos. San Pedro fue apoyado en tan extraordinaria empresa
por el Rey Jaime I de Aragón. El santo y
sus frailes eran muy devotos de la Virgen María,
tomándola como patrona y guía. Su espiritualidad se
fundamenta en Jesús
el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen,
la Madre liberadora e
ideal de la persona libre. Los Mercedarios querían ser
caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora.
Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen
Redentora.
En el capítulo
general de 1272, tras la muerte del fundador,
los
frailes oficialmente toman el nombre de La Orden de Santa
María de la Merced, de la redención de los cautivos,
pero son mas conocidos como Mercedarios.
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El Beato
Juan Pablo II, expresaba el 23 de mayo de 1980 a los religiosos
de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced,
comprometidos apostólicamente en 19 países de diversos
continentes.
"...Os
agradezco vuestra visita, con la que deseáis
manifestarme vuestros sentimientos de fiel adhesión al
Magisterio de la Iglesia. En esta oportunidad quiero
confirmar la alta estima que nutro hacia vuestra
antigua y benemérita Orden, que desde hace más de siete
siglos y medio ha ido prodigándose en favor de los
miembros más afligidos y oprimidos del Cuerpo místico de
Cristo.
La misión que vuestro Fundador San Pedro Nolasco os
confió, en la obra directa de redención y ayuda a los
cautivos, y que impregnó toda su actuación apostólica en
parroquias, hospitales para pobres, enseñanza y
misiones, se halla hoy prolongada en un carisma de
servicio a la fe, para proyectar un rayo de esperanza y
ofrecer la asistencia de la caridad de Cristo a cuantos
se encuentran sometidos a nuevas formas de cautiverio en
nuestra sociedad: en centros penitenciarios, en
suburbios de pobreza y hambre, en ambientes de droga, en
zonas de materialismo en las que se persigue a la
Iglesia o se la reduce al silencio, etc.
Se trata de
un vasto campo en el que ha de volcarse sin reserva
vuestro espíritu religioso y la disponibilidad total a
la que os abre la vivencia generosa de los consejos
evangélicos y la profesión de vuestro cuarto voto. Esa
será la manera de ser fieles hoy a vuestro carisma, en
la línea trazada por San Pedro Nolasco y recogida ya en
las primitivas constituciones de 1272.
No cabe duda
de que es un exigente compromiso eclesial al que os
invita vuestra vocación. Para mantener viva esa entrega,
es necesario que seáis almas de profunda vida
interior y que renovéis vuestras fuerzas en el contacto
con el Modelo de toda perfección: Cristo Jesús, Buen
Pastor y Salvador. Por ello os repito a vosotros:
“Vuestras casas deben ser sobre todo centros de oración,
de recogimiento, de diálogo -personal y comunitario- con
Aquel que es y debe ser el primero y principal
interlocutor en la sucesión laboriosa de las horas de
cada jornada vuestra” . En esa escuela sublime el
religioso apagará la sed de Dios que debe ser una
característica en su vida y se llenará de ese amor
grande que da sentido nuevo a la propia existencia.
Hablando a
Religiosos cuyo Fundador puso tanto empeño en la
devoción a la Madre de Dios y nuestra, no puedo menos de
exhortaros a mantener y profundizar ese gran amor
mariano que es una nota peculiar de vuestra Orden. Tomad
de la “Madre de la Misericordia” y “Consuelo de los
afligidos” el ejemplo e inspiración en cada
instante. Ella os guiará a su Hijo y os enseñará el
valor de cada alma, a la que prodigar celosamente el
cuidado de vuestro ministerio..."
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Posteriormente, el
25 de mayo de 1998, Juan Pablo II les expresaba a los
religiosos de la Orden de la Merced:
"...Vuestro
carisma os lleva a mirar solícitamente las diversas formas
de esclavitud presentes en la vida actual del hombre con
sus miserias morales y materiales. Ello exige de vosotros
un compromiso cada vez más grande para el anuncio del
Evangelio.
Como recuerda la Exhortación
Apostólica
Vita consecrata:
«Otra provocación está hoy representada
por un materialismo ávido de poseer, desinteresado de las
exigencias y los sufrimientos de los más débiles y carente
de cualquier consideración por el mismo equilibrio de los
recursos de la naturaleza. La respuesta de la vida
consagrada está en la profesión de la pobreza evangélica,
vivida de maneras diversas, y frecuentemente acompañada
por un compromiso activo en la promoción de la solidaridad
y de la caridad» (n.
89).
La larga tradición de vuestra orden os
llama a vivir la pobreza, fortalecida y sostenida por la
obediencia y la castidad, «con espíritu mercedario», es
decir, como un continuo acto de amor hacia los que son
víctimas de la esclavitud, como capacidad de compartir sus
sufrimientos y esperanzas y como disponibilidad a la
acogida cordial.
Vuestra orden, desde
sus orígenes, ha venerado a la Virgen María bajo la
advocación de Madre de la Merced, y la ha elegido
como modelo de su espiritualidad y de su acción
apostólica. Experimentando su presencia continua e
imitando su disponibilidad, los mercedarios han afrontado
con valor y confianza los compromisos, a menudo pesados y
difíciles, de la misión redentora.
Al contemplar su gran fe y su total
obediencia a la voluntad del Señor, aprendieron a leer en
los acontecimientos de la historia las llamadas de Dios y
a estar disponibles con generosidad renovada al servicio
de las víctimas de la pobreza y de la violencia. A
Ella, Mujer libre
porque es llena de gracia, han dirigido su mirada
para descubrir en la oración y en el amor de Dios el
secreto para vivir y anunciar la libertad que Cristo nos
ha adquirido con su sangre.
A las puertas de un nuevo milenio,
mientras la Iglesia se prepara para celebrar los dos mil
años de la Encarnación del Hijo de Dios, deseo confiar a
la Madre de Dios vuestros proyectos apostólicos, las
decisiones capitulares y las esperanzas que os animan,
para que Ella os dé la alegría de
ser instrumentos dóciles y generosos en el anuncio del
Evangelio a los hombres de nuestro tiempo.
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Les invitamos a inscribirse en el e-Curso "LAS VIRTUDES DE MARÍA SANTÍSIMA"
que hemos terminado de escribir y diseñar el 8 de septiembre de 2011,
festividad del NACIMIENTO DE LA INMACULADA VIRGEN MARÍA.
Cada uno de
los capítulos que contiene el e-Curso desarrolla una a una las
Virtudes de María Santísima descriptas por
San Alfonso María de Ligorio en su libro Las
Glorias de María. Asimismo hemos incluído en la
introducción y en cada capítulo textos catequéticos
y oraciones del Beato
Juan Pablo II y del Papa Benedicto XVI.
AMOR A DIOS
AMOR AL PRÓJIMO
CASTIDAD
ESPERANZA
FE
HUMILDAD
OBEDIENCIA
ORACIÓN
PACIENCIA
POBREZA
Para
inscribirse
solo deben llenar un formulario con su nombre y su
correo electrónico desde la siguiente dirección:
http://www.SantoRosario.info/formulario6.htm
Al realizar la inscripción de
inmediato recibirá en su correo electrónico nuestro mensaje de
bienvenida y luego cada siete días recibirá cada uno de los diez
capítulos que contiene este e-Curso.
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"¡Queridos hijos!: estoy en medio de ustedes porque deseo ayudarlos a superar las pruebas que este tiempo de purificación pone delante de ustedes. Hijos míos, una de ellas es el no perdonar y el no pedir perdón. Cada pecado ofende el amor y os aleja de Él; ¡Mi Hijo es el Amor! Por eso, hijos míos, si desean caminar conmigo hacia la paz del Amor de Dios, deben aprender a perdonar y a pedir perdón. ¡Gracias! Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorge. 2/9/2010
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