«Mi Carne es
verdadera comida, y Mi Sangre verdadera bebida; el que come Mi Carne, y
bebe Mi Sangre, en Mí mora, y Yo en él.» (Jn 6, 56-57)
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"Oh, Sangre y Agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una
Fuente de Misericordia para nosotros: En Ti confío." (Diario, 187)
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO"
(Diario, 327).
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Newsletter 601
LA
EUCARISTÍA, DON DE DIOS PARA LA VIDA DEL MUNDO
Domingo 31 de
julio de 2011
Soy
todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
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Siguiéndola, no te extravías.
Invocándola, no te desesperas.
Pensando en Ella, no divagas.
Apoyado en Ella, no caes.
Guiado por Ella, avanzas.
Escudado con Ella, no temas.
Con su favor, llegas hasta el fin.
San
Bernardo de Claraval
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste al Beato Juan Pablo II
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina,
de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad
a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los
momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir
al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar al Beato
Juan Pablo II y que me concedas por su
intercesión el favor que te pido... (pídase).
A Tí,
Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que
vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que
santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25 de marzo al 25
de diciembre
|
Como los dos
discípulos del Evangelio, te imploramos.
Señor
Jesús, ¡quédate con nosotros!
Tú, divino
Caminante, experto de nuestras calzadas y conocedor de
nuestro corazón, no nos dejes prisioneros de las sombras
de la noche.
Ampáranos en el cansancio, perdona nuestros pecados,
orienta nuestros pasos por la vía del bien.
Bendice a los niños, a los jóvenes, a los ancianos, a las
familias y particularmente a los enfermos. Bendice a los
sacerdotes y a las personas consagradas. Bendice a toda la
humanidad.
En la Eucaristía te has hecho “remedio de inmortalidad”:
danos el gusto de una vida plena, que nos ayude a caminar
sobre esta tierra como peregrinos seguros y alegres,
mirando siempre hacia la meta de la vida sin fin.
Quédate
con nosotros, Señor!
Quédate con
nosotros!
Amén.
ORACIÓN
AL FINALIZAR LA HOMILÍA DURANTE LA
CELEBRACIÓN DE LA SANTA MISA, ADORACIÓN Y BENDICIÓN EUCARÍSTICA CON OCASIÓN DEL
COMIENZO DEL AÑO DE LA EUCARISTÍA
.
17 DE OCTUBRE DE 2004
|
Querido/a Suscriptor/a de "El Camino de María"
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Continuamos en
esta
edición de El Camino de María con
meditaciones sobre la Sagrada Eucaristía extraídas del
Magisterio de la Iglesia en general, y textos
catequéticos escritos por el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II y el Santo Padre Benedicto XVI en particular. Esta
serie de meditaciones lleva por título LA EUCARISTÍA,
DON DE DIOS PARA LA VIDA DEL MUNDO, y ha comenzado
con la
Edición 600:
http://www.mariamediadora.com/Oracion/Newsletter600.htm
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"La Iglesia vive de la
Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una
experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en
síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia.
Ésta experimenta con alegría cómo se realiza
continuamente, en múltiples formas, la promesa del
Señor: «He aquí que Yo estoy con vosotros todos
los días hasta el fin del mundo» (Mt
28, 20); en la Sagrada Eucaristía, por la
transformación del pan y el vino en el Cuerpo y en la
Sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una
intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la
Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su
peregrinación hacia la patria celeste, este Divino
Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de
confiada esperanza.
Con razón ha
proclamado el Concilio Vaticano II que el Sacrificio
Eucarístico es «fuente y cima de toda la vida
cristiana» «La Sagrada Eucaristía, en efecto,
contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es
decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que
da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo».
Por tanto la mirada de la Iglesia se dirige
continuamente a su Señor, presente en el Sacramento del
altar, en el cual descubre la plena manifestación de su
inmenso Amor."
(Ecclesia
de Eucharistia, 1).
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"Durante el Gran
Jubileo del año 2000, tuve ocasión de celebrar
la Eucaristía en el Cenáculo de Jerusalén,
donde, según la tradición, fue realizada la
primera vez por Cristo mismo. El Cenáculo
es el lugar de la institución de este
Santísimo Sacramento. Allí Cristo tomó en
sus manos el pan, lo partió y lo dio a los
discípulos diciendo: «Tomad y comed
todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que
será entregado por vosotros» (cf.
Mt 26, 26; Lc 22, 19; 1 Co
11, 24). Después tomó en sus manos el cáliz
del vino y les dijo: «Tomad y bebed
todos de él, porque éste es el cáliz de mi
Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros y por todos
los hombres para el perdón de los pecados »
(cf. Mc 14, 24; Lc 22, 20; 1
Co 11, 25). Estoy agradecido al Señor
Jesús que me permitió repetir en aquel mismo
lugar, obedeciendo su mandato «haced
esto en conmemoración Mía» (Lc
22, 19), las palabras pronunciadas por Él hace
dos mil años.
Los Apóstoles
que participaron en la Última Cena,
¿comprendieron el sentido de las palabras que
salieron de los labios de Cristo? Quizás no.
Aquellas palabras se habrían aclarado
plenamente sólo al final del Triduum sacrum,
es decir, el lapso que va de la tarde del
Jueves hasta la mañana del Domingo. En esos
días se enmarca el mysterium paschale;
en ellos se inscribe también el mysterium
eucharisticum."
(Ecclesia
de Eucharistia, 2).¯¯¯
Que nos ayude sobre todo la Santísima
Virgen, que encarnó con toda su existencia
la lógica de la Eucaristía. «La Iglesia,
tomando a María como modelo, ha de imitarla
también en su relación con este Santísimo
Misterio». El Pan Eucarístico que
recibimos es la Carne Inmaculada del Hijo:
«Ave verum corpus natum de Maria Virgine».
Que en este Año de gracia, con la ayuda de
María, la Iglesia reciba un nuevo impulso
para su misión y reconozca cada vez más en
la Eucaristía la fuente y la cumbre de toda
su vida. (Carta
Apostólica Mane Nobiscum Domine, 31)
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"¡Queridos hijos! Que este tiempo sea para vosotros tiempo de oración y de silencio. Haced descansar vuestro cuerpo y vuestro espíritu, que permanezcan en el Amor de Dios. Permitidme hijitos que os conduzca, abrid vuestros corazones al Espíritu Santo para que todo el bien que hay en vosotros, florezca y produzca frutos al céntuplo. Comenzad y finalizad el día con la oración con el corazón. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”” Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorge. 25/7/2011
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