Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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"Oh
Maria, Tu que eres Madre de la Iglesia, obtén para la Iglesia el don
del Espíritu Santo, para que sepa proseguir con constancia hacia el
futuro por el camino de la renovación marcada por el Espíritu y que
sepa asumir en tal obra renovadora todo lo que es verdadero y bueno,
discerniendo asiduamente entre los signos de los tiempos lo que sirve
para el advenimiento del Reino de Dios" (Juan Pablo II
.Pentecostés, 1982)
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327).
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Newsletter 512
Domingo 23 de
mayo de
2010
LA
VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Soy
todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei,
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina,
de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad
a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los
momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir
al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar a tu Siervo
Juan Pablo II, Servus Servorum Dei, y que me concedas por su
intercesión el favor que te pido... (pídase). A Tí,
Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que
vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que
santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25
de marzo al 25 de diciembre
LOS
DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Recuerda, pues, que has recibido el sello del Espíritu, espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de ciencia y de piedad, espíritu del santo temor, y
conserva lo que has recibido. Dios Padre te ha sellado, Cristo el
Señor te ha confirmado y ha puesto en tu corazón, como prenda suya,
el Espíritu Santo, como te enseña el Apóstol. (San Ambrosio .
Tratado sobre los misterios, 29-30)
SABIDURÍA
ENTENDIMIENTO
CIENCIA
CONSEJO
FORTALEZA
PIEDAD
TEMOR DE DIOS
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VEN, ESPÍRITU
DE AMOR Y DE PAZ!
Espíritu
Santo, Dulce Huésped del alma, muéstranos el sentido profundo del gran jubileo y prepara nuestro espíritu para celebrarlo con fe, en la esperanza que no defrauda, en la caridad que no espera recompensa.
Espíritu de Verdad, que conoces las profundidades
de Dios, memoria y profecía de la Iglesia, dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret el Señor de la gloria, el Salvador del mundo, la culminación de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu Creador, misterioso Artífice del Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus santos Dones para cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio y llevar a las generaciones venideras la luz de la Palabra que salva.
Espíritu de Santidad, Aliento Divino que mueve el
universo, ven y renueva la faz de la tierra. Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género
humano.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu de Comunión, Alma y Sostén de la Iglesia, haz que la riqueza de los carismas y ministerios contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo, y que los laicos, los consagrados y los ministros
ordenados colaboren juntos en la edificación del único Reino de
Dios.
Espíritu de Consuelo, Fuente inagotable de gozo y
de paz, suscita solidaridad para con los necesitados, da a los enfermos el aliento necesario, infunde confianza y esperanza en los que sufren, acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu de Sabiduría, que iluminas la mente y el
corazón, orienta el camino de la ciencia y de la técnica al servicio de la vida, de la justicia y de la paz. Haz fecundo el diálogo con los miembros de otras
religiones, y que las diversas culturas se abran a los valores del
Evangelio.
Espíritu de Vida, por el cual el Verbo se hizo
carne en el seno de la Virgen, Mujer del silencio y de la
escucha, haznos dóciles a las muestras de Tu Amor y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos que Tú pones en el curso de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
A Ti, Espíritu de Amor, junto con el Padre Omnipotente y el Hijo Unigénito, alabanza, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Oración compuesta con
ocasión del 2do. año del preparación al Jubileo del año
2000 dedicado al Espíritu Santo.
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Querido/a Suscriptor/a de "El Camino de María"
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El
Tiempo Pascual concluye en el quincuagésimo día, con
el Domingo de Pentecostés, conmemorativo de la
efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, de
los comienzos de la Iglesia y del inicio de su
misión a toda lengua, pueblo y nación. Es
significativa la importancia que ha adquirido,
especialmente en la Iglesia la celebración
prolongada de la Misa de la Vigilia, que tiene el
carácter de una oración intensa y perseverante de
toda la comunidad cristiana, según el ejemplo de los
Apóstoles reunidos en oración unánime con la Madre
del Señor.
Exhortando
a la oración y a la participación en la misión, el
misterio de Pentecostés ilumina la piedad popular:
también esta es una demostración continua de la
presencia del Espíritu Santo en la Iglesia. Éste
enciende en los corazones la fe, la esperanza y el
amor, virtudes excelentes que dan valor a la piedad
cristiana. El mismo Espíritu ennoblece las numerosas y
variadas formas de transmitir el mensaje cristiano
según la cultura y las costumbres de cualquier lugar,
en cualquier momento histórico.
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Les invitamos a
obtener gratuitamente
el libro digital que lleva por título
VEN
ESPÍRITU DE AMOR Y DE PAZ
.
Si lo desea, puede descargarlo
gratuitamente a su computadora
desde
la siguiente dirección de nuestro sitio
Virgo Fidelis
Los
textos catequéticos del libro digital VEN ESPÍRITU DE AMOR Y
DE PAZ, son los siguientes:
LA
PROMESA DE CRISTO
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
EL ESPÍRITU SANTO, NUESTRO ABOGADO DEFENSOR
EL ESPÍRITU SANTO ANIMA A LA COMUNIDAD DE LOS
CREYENTES
LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y EL ESPÍRITU SANTO
LOS
DONES DEL ESPÍRITU SANTO
SABIDURÍA .
ENTENDIMIENTO .
CIENCIA .
CONSEJO .
FORTALEZA
PIEDAD .
TEMOR DE DIOS
También puede leer y/o
imprimir el contenido de VEN ESPÍRITU DE AMOR Y PAZ, en la
siguiente dirección:
http://www.mariamediadora.com/EspirituSanto/index.html
MARÍA SANTÍSIMA Y
EL DON DEL ESPÍRITU
Cincuenta días
después de la Pascua, celebramos la solemnidad de
Pentecostés, en la que recordamos la manifestación
de la potencia del Espíritu Santo, el cual -como
viento y como fuego- descendió sobre los Apóstoles
reunidos en el Cenáculo y les hizo capaces de
predicar con valentía el Evangelio a todas las
gentes (cf Hch 2,1-13).
El misterio de
Pentecostés, que justamente nosotros identificamos
con ese acontecimiento, verdadero “bautismo” de la
Iglesia, no se agota, sin embargo, en eso. La
Iglesia, de hecho, vive constantemente de la efusión
del Espíritu Santo, sin el cual agotaría sus propias
fuerzas, como una barca de vela a la que le faltara
el viento. Pentecostés se renueva de manera
particular en algunos momentos fuertes, tanto en el
ámbito local como en el universal, tanto en pequeñas
asambleas como en grandes convocatorias. Los
Concilios, por ejemplo, han tenido sesiones
gratificantes de especial efusión del Espíritu
Santo, y entre éstas se encuentra ciertamente el
Concilio Ecuménico Vaticano II. Podemos recordar
también el célebre encuentro de los movimientos
eclesiales con el Venerable Juan Pablo II, aquí en
la Plaza de San Pedro, precisamente en Pentecostés
del 1998. Pero la Iglesia experimenta innumerables
“pentecostés” que vivifican las comunidades locales:
pensemos en las Liturgias, en particular aquellas
vividas en momentos especiales para la vida de la
comunidad, en las que la fuerza de Dios se percibe
de manera evidente infundiendo en las almas alegría
y entusiasmo. Pensemos en tantos congresos de
oración, en los que los jóvenes sienten claramente
la llamada de Dios a arraigar su vida en su amor,
también consagrándose enteramente a Él.
No hay por tanto Iglesia sin Pentecostés. Y
querría añadir: no hay Pentecostés sin la Virgen
María. Así fue al inicio, en el Cenáculo, donde
los discípulos “perseveraban en la oración, con un
mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de
María, la Madre de Jesús” -como nos refiere el libro
de los Hechos de los Apóstoles (1,14). Y así es
siempre, en todo tiempo y lugar. He sido testigo
también de ello hace pocos días, en Fátima. Lo que
vivió, de hecho, aquella inmensa multitud, en la
explanada del Santuario, donde todos éramos un solo
corazón y una sola alma, ¿no es un renovado
Pentecostés? En medio de nosotros estaba María, la
Madre de Jesús. Es ésta la experiencia típica de los
grandes Santuarios Marianos -Lourdes, Guadalupe,
Pompeya, Loreto- o también de los más pequeños: allá
donde los cristianos se reúnen en oración con María,
el Señor da su Espíritu.
Queridos amigos, en esta fiesta de Pentecostés,
también nosotros queremos estar espiritualmente
unidos a la Madre de Cristo y de la Iglesia
invocando con fe una renovada efusión del Divino
Paráclito. La invocamos para toda la Iglesia, en
particular, en este Año Sacerdotal, para todos los
ministros del Evangelio, para que el mensaje de
salvación sea anunciado a todas las gentes.
(Benedicto XVI . Regina Coeli . Pentecostés 2010)
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Queridos hijos; Hoy, a través mío, el Padre bueno los llama con su alma llena de Amor a embarcarse a una visita espiritual. Queridos hijos, llénense de gracia, arrepiéntanse de sus pecados sinceramente y busquen el bien. Anhelen también en nombre de aquellos que todavía no han alcanzado la perfección del bien. Así serán ustedes más agradable a Dios. Gracias"
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorge. 2/5/2010
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