DOMINUM ET VIVIFICANTEM
Sobre el Espíritu Santo
en la Vida de la Iglesia
y del Mundo
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VEN ESPÍRITU CREADOR
Ven, Espíritu Creador, Visita las almas de tus
fieles Y llena de la divina gracia los corazones, Que Tú
mismo creaste.
Tú que eres el Paráclito Llamado y don altísimo de
Dios; Fuente viva, y amor, y fuego ardiente, Y
espiritual unción.
Tú, regalo de siete dones. Tú, dedo de la diestra
paternal; Tú, promesa magnífica del Padre, Que el torpe
labio vienes a soltar.
Con tu luz iluminas los sentidos, Los afectos
inflaman con tu amor; Con tu fuerza invencible
corrobora La corpórea flaqueza y corrupción.
Lejos expulsa al pérfido enemigo, Envíanos tu
paz; Siendo Tú nuestro Guía, Toda culpa logremos
evitar;
Danos tu influjo a conocer al Padre, Danos también
al Hijo a conocer, Y del uno y del otro, oh Santo
Espíritu, En Ti creamos con sincera fe.
Dios Padre alabanza, honor y gloria, Con el Hijo que
un día resucitó De entre los muertos; y al feliz Paráclito
De siglos en la eterna
sucesión. |
VEN, ESPÍRITU DE AMOR Y DE PAZ!
Juan Pablo II
Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, muéstranos
el sentido profundo del gran jubileo y prepara nuestro
espíritu para celebrarlo con fe, en la esperanza que no
defrauda, en la caridad que no espera
recompensa.
Espíritu de Verdad, que conoces las
profundidades de Dios, memoria y profecía de la
Iglesia, dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de
Nazaret el Señor de la gloria, el Salvador del mundo, la
culminación de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y
de Paz!
Espíritu Creador, misterioso Artífice del
Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus santos
dones para cruzar con valentía el umbral del nuevo
milenio y llevar a las generaciones venideras la luz de
la Palabra que salva.
Espíritu de Santidad, Aliento
Divino que mueve el universo, ven y renueva la faz de la
tierra. Suscita en los cristianos el deseo de la plena
unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e
instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del
género humano.
¡Ven, Espíritu de Amor y de
Paz!
Espíritu de Comunión, Alma y Sostén de la
Iglesia, haz que la riqueza de los carismas y
ministerios contribuya a la unidad del Cuerpo de
Cristo, y que los laicos, los consagrados y los ministros
ordenados colaboren juntos en la edificación del único
reino de Dios.
Espíritu de Consuelo, Fuente inagotable
de gozo y de paz, suscita solidaridad para con los
necesitados, da a los enfermos el aliento
necesario, infunde confianza y esperanza en los que
sufren, acrecienta en todos el compromiso por un mundo
mejor.
¡Ven, Espíritu de Amor y de
Paz!
Espíritu de
Sabiduría, que iluminas la mente y el corazón, orienta el
camino de la ciencia y de la técnica al servicio de la
vida, de la justicia y de la paz. Haz fecundo el diálogo
con los miembros de otras religiones, y que las diversas
culturas se abran a los valores del Evangelio.
Espíritu
de Vida, por el cual el Verbo se hizo carne en el seno de
la Virgen, Mujer del silencio y de la escucha, haznos
dóciles a las muestras de tu Amor y siempre dispuestos a
acoger los signos de los tiempos que Tú pones en el curso
de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de
Paz!
A ti, Espíritu de Amor, junto con el Padre
Omnipotente y el Hijo Unigénito, alabanza, honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Oración compuesta con
ocasión del segundo año del preparación al Jubileo del
año 2000 dedicado al Espíritu
Santo |
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