Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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Santísima Señora, Madre
de Dios, Llena de gracias, Gloria de nuestra naturaleza, Canal de todos
los bienes, Reina de todas las cosas después de la Trinidad, Mediadora
del mundo ante el Mediador, Puente misterioso que une la tierra al
Cielo, Llave que nos abre las puertas del paraíso, nuestra Abogada, mira
mi fe, mira mis piadosos deseos y no olvides tu misericordia y tu poder.
Madre del Solo Misericordioso y Bueno, acoge mi alma con su miseria y
por tu intercesión, hazla digna de estar un día a la derecha de tu Hijo.
Amen.
San Efrén
de Siria
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327).
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Newsletter 661
Domingo 27 de
mayo de
2012
LA
VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Soy
todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste al Beato Juan Pablo II
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina,
de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad
a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los
momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir
al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar al Beato
Juan Pablo II y que me concedas por su
intercesión el favor que te pido... (pídase). A Tí,
Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que
vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que
santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25
de marzo al 25 de diciembre
LOS
DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Recuerda, pues, que has recibido el sello del Espíritu, espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de ciencia y de piedad, espíritu del santo temor, y
conserva lo que has recibido. Dios Padre te ha sellado, Cristo el
Señor te ha confirmado y ha puesto en tu corazón, como prenda suya,
el Espíritu Santo, como te enseña el Apóstol. (San Ambrosio .
Tratado sobre los misterios, 29-30)
SABIDURÍA
ENTENDIMIENTO
CIENCIA
CONSEJO
FORTALEZA
PIEDAD
TEMOR DE DIOS
ORACIONES AL
ESPÍRITU SANTO
NOVENA AL
ESPÍRITU SANTO
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VEN, ESPÍRITU
DE AMOR Y DE PAZ!
Espíritu
Santo, Dulce Huésped del alma, muéstranos el sentido profundo del gran jubileo y prepara nuestro espíritu para celebrarlo con fe, en la esperanza que no defrauda, en la caridad que no espera recompensa.
Espíritu de Verdad, que conoces las profundidades
de Dios, memoria y profecía de la Iglesia, dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret el Señor de la gloria, el Salvador del mundo, la culminación de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu Creador, misterioso Artífice del Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus santos Dones para cruzar con valentía el umbral del nuevo milenio y llevar a las generaciones venideras la luz de la Palabra que salva.
Espíritu de Santidad, Aliento Divino que mueve el
universo, ven y renueva la faz de la tierra. Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género
humano.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu de Comunión, Alma y Sostén de la Iglesia, haz que la riqueza de los carismas y ministerios contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo, y que los laicos, los consagrados y los ministros
ordenados colaboren juntos en la edificación del único Reino de
Dios.
Espíritu de Consuelo, Fuente inagotable de gozo y
de paz, suscita solidaridad para con los necesitados, da a los enfermos el aliento necesario, infunde confianza y esperanza en los que sufren, acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
Espíritu de Sabiduría, que iluminas la mente y el
corazón, orienta el camino de la ciencia y de la técnica al servicio de la vida, de la justicia y de la paz. Haz fecundo el diálogo con los miembros de otras
religiones, y que las diversas culturas se abran a los valores del
Evangelio.
Espíritu de Vida, por el cual el Verbo se hizo
carne en el seno de la Virgen, Mujer del silencio y de la
escucha, haznos dóciles a las muestras de Tu Amor y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos que Tú pones en el curso de la historia.
¡Ven, Espíritu de Amor y de Paz!
A Ti, Espíritu de Amor, junto con el Padre Omnipotente y el Hijo Unigénito, alabanza, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Oración compuesta con
ocasión del 2do. año del preparación al Jubileo del año
2000 dedicado al Espíritu Santo.
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Querido/a Suscriptor/a de "El Camino de María"
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El
Tiempo Pascual concluye en el quincuagésimo día, con
el Domingo de Pentecostés, conmemorativo de la
efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, de
los comienzos de la Iglesia y del inicio de su
misión a toda lengua, pueblo y nación. Es
significativa la importancia que ha adquirido,
especialmente en la Iglesia la celebración
prolongada de la Misa de la Vigilia, que tiene el
carácter de una oración intensa y perseverante de
toda la comunidad cristiana, según el ejemplo de los
Apóstoles reunidos en oración unánime con la Madre
del Señor.
Exhortando
a la oración y a la participación en la misión, el
misterio de Pentecostés ilumina la piedad popular:
también esta es una demostración continua de la
presencia del Espíritu Santo en la Iglesia. Éste
enciende en los corazones la fe, la esperanza y el
amor, virtudes excelentes que dan valor a la piedad
cristiana. El mismo Espíritu ennoblece las numerosas y
variadas formas de transmitir el mensaje cristiano
según la cultura y las costumbres de cualquier lugar,
en cualquier momento histórico.
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El próximo Domingo
27 de mayo celebraremos la fiesta de Pentecostés.
Para prepararnos a celebrarla les invitamos a la
lectura de las meditaciones y oraciones que contiene
libro digital que lleva por título
"VEN ESPÍRITU DE AMOR Y DE
PAZ".
Los
meditaciones de
"VEN ESPÍRITU DE AMOR Y DE
PAZ", son los siguientes:
*LA
PROMESA DE CRISTO
*EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
*NUESTRO ABOGADO DEFENSOR
*EL ESPÍRITU SANTO ANIMA A LA COMUNIDAD DE LOS
CREYENTES
*LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y EL ESPÍRITU SANTO
LOS
DONES DEL ESPÍRITU SANTO
SABIDURÍA .
ENTENDIMIENTO .
CIENCIA .
CONSEJO .
FORTALEZA
PIEDAD .
TEMOR DE DIOS
http://www.mariamediadora.com/EspirituSanto/index.html
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LA UNIDAD DE
PENTECOSTÉS VENCE LAS DIVISIONES
En la homilía de la Solemnidad de Pentecostés 2012 el
Santo Padre Benedicto XVI ha centrado su homilía en un
aspecto esencial del misterio de Pentecostés, que
considera muy importante en nuestros días:
“Pentecostés es la fiesta de la unión, de la comprensión
y la comunión humana. Todos podemos constatar que, en
nuestro mundo, a pesar de que estamos más cerca los unos
de los otros gracias al desarrollo de los medios de
comunicación, (…) a menudo la comprensión y la comunión
entre las personas es superficial y dificultosa.
Permanecen desequilibrios que con frecuencia llevan a
conflictos; el diálogo entre generaciones se hace
fatigoso (…); asistimos a hechos cotidianos en los que
parece que los hombres se están haciendo más agresivos
(…); parece que hay que realizar demasiados esfuerzos
para comprenderse y cada uno prefiere quedarse en su
propio yo, en sus propios intereses”.
“Con el progreso de la ciencia y de la técnica, hemos
logrado el poder de dominar las fuerzas de la
naturaleza, de manipular los elementos, de fabricar
seres vivientes, llegando casi hasta el propio ser
humano. En esta situación, rezar a Dios parece algo
superado, inútil, porque nosotros mismos podemos
construir y realizar todo lo que queremos”. Sin
embargo, no nos damos cuenta de que “entre los
hombres, quizás parece que serpentea un sentido de
desconfianza, de sospecha, de temor recíproco, hasta
llegar incluso a ser peligrosos los unos para los
otros”. Paradójicamente, tenemos más capacidad de
comunicar pero nos comprendemos cada vez menos.
La concordia, la unidad, “pueden realizarse solamente
con el don del Espíritu de Dios, que nos dará un corazón
nuevo y una lengua nueva, una capacidad nueva de
comunicar. Esto es lo que sucedió en Pentecostés.
Aquella mañana (…) el Espíritu Santo descendió sobre los
discípulos reunidos, se posó sobre cada uno y encendió
en ellos el fuego divino, un fuego de amor, capaz de
transformar. El miedo desapareció, el corazón sintió una
fuerza nueva, las lenguas se desataron y comenzaron a
hablar con franqueza, de modo que todos pudieran
comprender el anuncio de Jesucristo muerto y resucitado.
En Pentecostés, donde había división y extrañeza,
nacieron unidad y comprensión”.
En el Evangelio de hoy, Jesús, “hablando del Espíritu
Santo, nos explica qué es la Iglesia, y cómo ella ha de
vivir para ser (…) el lugar de la unidad y la comunión
en la Verdad; nos dice que actuar como cristianos
significa no estar encerrados en el propio 'yo', sino
orientarse hacia el todo; significa acoger en uno mismo
la Iglesia entera, o, aún mejor, dejar interiormente que
ella nos acoja. (…) Así, el Espíritu Santo, Espíritu de
unidad y de verdad, puede seguir resonando en los
corazones y las mentes de los hombres y empujarlos a
encontrarse y acogerse mutuamente”.
El Espíritu Santo nos guía para comprender la verdad,
que es Jesús, “pero solamente si somos capaces de
escuchar y compartir, en el 'nosotros' de la Iglesia,
con una actitud de profunda humildad interior. (…)
Cuando los hombres quieren hacerse Dios, pueden solo
enfrentarse. En cambio, cuando se colocan en la verdad
del Señor, se abren a la acción de su Espíritu que los
sostiene y los une”.
Benedicto XVI se refirió también a la segunda lectura de
la liturgia de hoy, en la que San Pablo advierte que la
vida del hombre está marcada por un conflicto interior
entre los impulsos que provienen de la carne y los que
provienen del Espíritu. Los primeros son “los pecados
de egoísmo y violencia, como enemistad, discordia, celos
(…). Es una dirección que lleva a perder la propia vida.
Por el contrario, el Espíritu Santo nos guía hacia las
alturas de Dios, para que podamos vivir ya en esta
tierra el germen de vida divina que está en nosotros.
Afirma, de hecho, San Pablo: 'El fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz'”.
Para terminar, el Papa exhortó a los fieles a vivir
“según el Espíritu de unidad y de verdad, y para ello
hemos de rezar a fin de que el Espíritu nos ilumine y
nos guíe para vencer la fascinación de seguir nuestras
verdades, y para acoger la verdad de Cristo transmitida
en la Iglesia”
Queridos hijos, esta tarde quiero pedirles que durante los días de esta Novena oren para que el Espíritu Santo descienda sobre sus familias y su parroquia. Oren y no se arrepentirán. Dios les concederá Sus dones, con los que Lo glorificarán hasta el fin de sus vidas terrenas. Gracias por haber respondido a mi llamado".
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorge. 2/6/1984
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