Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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e"...El
venerable himno a la Madre de Dios, llamado Akathistos –es decir, cantado permaneciendo en pie–,
representa una de las más altas expresiones de piedad
mariana de la tradición bizantina.
Orar con estas palabras ensancha el alma y la dispone para
la paz que viene de lo alto, de Dios, esa paz que es Cristo
mismo, nacido de María para nuestra salvación..."
(Benedicto XVI.
Verbum Domini, 88)
"Ofrezco a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente
de la Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen
con la firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327)
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Edición 717
ADVIENTO
Domingo de la 3ra semana
16 de diciembre de 2012
Novena de Navidad
16 al 24 de diciembre de 2012
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TOTUS TUUS
Soy todo tuyo y todas mis cosas Te
pertenecen. Te pongo al centro de mi vida. Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste al Beato Juan Pablo II la gracia de ser Pastor
ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e
hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres de buena
voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad a las
exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los
momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de
servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar
al Beato Juan Pablo II y que me concedas por su intercesión el favor que te
pido... (pídase).
A Tí, Padre Omnipotente, origen del
cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y
de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo,
alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25 de marzo al 25 de diciembre
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"...El Salvador viene para
reducir a la impotencia la obra del
mal y todo lo que todavía puede
mantenernos alejados de Dios, para
devolvernos al antiguo esplendor y a
la primitiva paternidad. Con su
venida entre nosotros Dios nos
indica y nos asigna también una
tarea: precisamente la de ser
semejantes a Él y tender a la
verdadera vida, la de llegar a la
visión de Dios, en el Rostro de
Cristo.."
Benedicto XVI, Audiencia general,
22 de diciembre de 2010
SALVE, ¡VIRGEN Y ESPOSA!
Salve, por Ti
resplandece la dicha;
Salve, por Ti se eclipsa
la pena.
Salve, levantas a Adán,
el caído;
Salve, rescatas el
llanto de Eva.
Salve, oh Cima
encumbrada - a la mente
del hombre;
Salve, Abismo insondable
- a los ojos del ángel.
Salve, Tú eres de veras
- el trono del Rey;
Salve, Tú llevas en Ti -
al que todo sostiene.
Salve, Lucero que el Sol
nos anuncia;
Salve, Regazo del Dios
que se encarna.
Salve, por Ti la
creación se renueva;
Salve, por Ti el Creador
nace Niño.
Salve, ¡Virgen y
Esposa!
Salve, ¡Virgen y Esposa!
Salve, Tú guía al eterno
consejo;
Salve, Tú prenda de
arcano misterio.
Salve, Milagro primero
de Cristo;
Salve, Compendio de
todos sus dogmas.
Salve, Celeste escalera
- que Dios ha bajado;
Salve, Oh Puente que
llevas - los hombres al
Cielo.
Salve, de angélicos
coros - solemne
portento;
Salve, de Turba infernal
- lastimero flagelo.
Salve, inefable, la Luz
alumbraste;
Salve, a ninguno dijiste
el secreto.
Salve, del docto rebasas
la ciencia;
Salve, del fiel iluminas
la mente.
Salve, ¡Virgen y
Esposa!
Salve, ¡Virgen y Esposa!
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Queridos Suscriptores de "El Camino de
María"
"Estad
siempre alegres en el Señor... El Señor está cerca"
(Flp 4, 4-5). Con estas palabras del apóstol
San Pablo la liturgia nos invita a la alegría. Es el
III Domingo de Adviento, llamado precisamente por eso Domingo "Gaudete".
"...El Adviento es tiempo
de alegría, porque hace revivir la espera del acontecimiento más feliz
de la historia: el nacimiento del Hijo de Dios de la
Virgen María. Saber que Dios no está lejos, sino cerca, que
no es indiferente, sino compasivo, que no es extraño, sino
Padre misericordioso que nos sigue amorosamente respetando
nuestra libertad: todo esto es motivo de una alegría
profunda, que los distintos acontecimientos diarios no pueden
ofuscar."
"...Una característica
inconfundible de la alegría cristiana es que puede
convivir con el sufrimiento, porque está totalmente
basada en el amor. En efecto, el Señor, que "está cerca"
de nosotros hasta el punto de hacerse hombre, viene a
infundirnos su alegría, la alegría de amar. Sólo así
se comprende la serena alegría de los mártires incluso en
medio de las pruebas, o la sonrisa de los santos de la caridad
en presencia de quienes sufren: una sonrisa que no
ofende, sino que consuela..." (Beato Juan Pablo II.
Meditación antes del rezo del Ángelus del Domingo 14-12-2003).
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Hemos encabezado
esta edición con
las estrofas 1 y 2 del
AKÁTHISTOS,
célebre himno que,
desde hace muchos siglos, se canta en todas partes, "de pie",
en honor de la Madre de Dios. En los últimos
años este himno se ha difundido mucho, también en las
comunidades de fieles de rito latino. Especialmente han
contribuido a su conocimiento algunas solemnes celebraciones
marianas que tuvieron lugar en Roma, con la asistencia del
Beato Juan Pablo II y con amplia resonancia eclesial. Este
himno antiquísimo, que constituye el fruto maduro de la más
antigua tradición de la Iglesia indivisa en honor de María, es
una llamada e invocación a la unidad de los cristianos bajo la
guía de la Madre del Señor: Tanta riqueza de alabanzas,
acumulada por las diversas manifestaciones de la gran
tradición de la Iglesia, podría ayudarnos a que ésta vuelva a
respirar plenamente con sus "dos pulmones", Oriente y
Occidente.
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El próximo Domingo 16 comenzará la Novena de Navidad que nos
impulsa a vivir de modo intenso y profundo la preparación para
la gran fiesta, ya cercana, del nacimiento del Salvador. La
liturgia traza un sabio itinerario para el encuentro con el
Señor que viene, proponiendo cada día puntos para la reflexión y
la oración.
Como un aporte para ayudar a nuestras meditaciones de los días
de la Novena de Navidad y del tiempo de Navidad hemos
preparado un libro digital titulado: EL ESPÍRITU SANTO Y LA
NAVIDAD: . «En la Navidad del Señor el Espíritu
Santo obra el inicio de una nueva creación que tendrá su
cumplimiento en la Pascua, con la victoria de Cristo sobre el
pecado y sobre la muerte. De esta forma, la Navidad marca el
principio de la Iglesia, pueblo de la Nueva Alianza, que vemos
representado en el pesebre por María, José y los pastores» (Beato Juan Pablo II.
Ángelus, 21 de diciembre de 1997).
http://www.mariamediadora.com/Navidad/
I -
EL ESPÍRITU SANTO
Y LA NAVIDAD
EL ESPÍRITU
SANTO FUENTE DE LA SANTIDAD DE CRISTO
- EL ESPÍRITU SANTO EN EL
ORIGEN DE CRISTO
- LA ENCARNACIÓN OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
- EL ESPÍRITU SANTO Y MARÍA
- EL ESPÍRITU SANTO FUENTE DE LA SANTIDAD DE JESÚS
II - NOVENA DE
NAVIDAD
"EL SEÑOR ESTÁ CERCA
DE QUIEN LE BUSCA" (Salmo
34)
1- LA NOVENA
DE NAVIDAD
2- EL SEÑOR ESTÁ CERCA DE QUIEN LE BUSCA
3-DIOS, EL SEÑOR, LLEGA CON PODER
4-DIOS CAMINA CON NOSOTROS
5-SOLO DIOS ES LA RESPUESTA
6 -PREPAREMOS NUESTRO CORAZÓN PARA ACOGER A CRISTO
7 -PREPARÉMONOS CON ALEGRÍA AL MISTERIO DEL NACIMIENTO
8 -NAVIDAD, FIESTA DEL AMOR DIVINO
9- CRISTO CON SU NACIMIENTO NOS INTRODUCE EN LA DIMENSIÓN DE SU
PROPIA DIVINIDAD
III
- NAVIDAD FIESTA DEL AMOR DIVINO
EL NACIMIENTO
DE CRISTO ES EL ACONTECIMIENTO CENTRAL DE LA HISTORIA DE LA
HUMANIDAD
- HUMILDAD,
SILENCIO, ESTUPOR Y ALEGRÍA ANTE LA NAVIDAD
- HA NACIDO EL MESÍAS ANUNCIADO POR LOS PROFETAS
- MEDITAR LOS ACONTECIMIENTOS Y MISTERIOSOS DE LA ENCARNACIÓN
- EL NACIMIENTO DE CRISTO ES EL ACONTECIMIENTO CENTRAL DE LA
HISTORIA DE LA HUMANIDAD
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ANTÍFONAS DE LA "OH!" (*)
Oh Sabiduría,
que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del
uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y
suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!
Oh Adonai,
Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés
en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ¡ven
a librarnos con el poder de tu brazo!
Oh Raíz
del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los
pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio
imploran las naciones, ¡ven a librarnos, no tardes más!
Oh Llave
de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie
puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven y libra
los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de
muerte!
Oh Sol
que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol
de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que viven en
tinieblas y en sombra de muerte!
Oh Rey
de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular
de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ¡ven y
salva al hombre que formaste del barro de la tierra!
Oh Emmanuel,
Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y
salvador de los pueblos, ¡ven a salvarnos, Señor Dios
nuestro!
(*) Las antífonas de la O
son siete, y la Iglesia las canta con el Magnificat
del Oficio de Vísperas desde el día 17 hasta el día 23
de diciembre. Son un llamamiento al Mesías recordando
las ansias con que era esperado por todos los pueblos
antes de su venida, y, también son, una manifestación
del sentimiento con que todos los años, de nuevo, le
espera la Iglesia en los días que preceden a la gran
solemnidad del Nacimiento del Salvador.
Se llaman así porque todas empiezan en latín con la
exclamación «O», en castellano «Oh». También se llaman
«antífonas mayores».
Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede
decir que son un magnífico compendio de la cristología
más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen
expresivo de los deseos de salvación de toda la
humanidad, tanto del Israel del A.T. como de la Iglesia
del N.T.
Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que
condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. La
admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios
hecho hombre. Cada antífona empieza por una exclamación,
«Oh», seguida de un título mesiánico tomado del A.T.,
pero entendido con la plenitud del Nuevo Testamento. Es
una aclamación a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo
que representa para nosotros. Y termina siempre con una
súplica: «ven» y no tardes más.
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