Edición nro. 71
Viernes Santo
Totus
tuus ego sum et omnia mea Tua sunt. Accipio Te in mea omnia. Praebe mihi
cor Tuum, Maria.
Soy
todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu Corazón, oh María.
Totus
tuus sum, Maria,
Mater nostri Redemptoris.
Virgo Dei, Virgo pia,
Mater mundi Salvatoris.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
Divina Misericordia
Novena
En
esta Novena están contenidas las palabras llenas de amor y
Misericordia que Nuestro Señor Jesucristo dictó a Sor Faustina,
pidiéndole que cada día le llevara un grupo de almas a su corazón.
"Deseo
que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi
Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que
necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente
en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un
grupo diferente de almas y la sumergirás en este mar de Mi Misericordia.
Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de Mi Padre.
Lo harás en esta
vida y en la vida futura. Y no rehusaré nada a ningún alma
que traerás a la Fuente de Mi Misericordia. Cada días pedirás
a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.
"
Contesté:
Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas introducir
primero en Tu muy misericordioso Corazón. Y Jesús me contestó
que me diría, día por día, qué almas debía introducir en Su
Corazón” (Diario, 1209).
Santa
Faustina Kowalska
(Se reza
utilizando el Rosario)
Jesús dijo a Sor
Faustina (1, 197):
Rezarás esta
Coronilla a la Divina Misericordia así:
Primero, dirás un PADRE NUESTRO,
un AVEMARÍA y un CREDO.
Después, en las cuentas
del Rosario que corresponden al Padre Nuestro dirás
las siguientes palabras:
"Padre Eterno, te
ofrezco el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y de
los del mundo entero".
En las cuentas del
Rosario que corresponden al Ave María dirás las
siguientes palabras:
"Por Su
Dolorosa
Pasión, Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero".
Al terminar el rezo de las
5 decenas de la Coronilla debes repetir 3 veces:
"Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo Inmortal, Ten piedad de nosotros y del mundo entero".
Para terminar la Coronilla de la Divina
Misericordia, se rezan las:
Invocaciones a la Divina Misericordia
A cada una respondemos
"Ten misericordia de Nosotros y del Mundo
entero"
1 .Por Su institución de la Eucaristía como memoria de Su Pasión...
2. Por Su agonía en el Huerto...
3. Por Su flagelación en la columna y Su coronación de espinas...
4. Por Su condenación a muerte...
5. Por haber cargado con la Cruz...
6. Por Su caída bajo el peso de la Cruz...
7. Por Su encuentro con Su Madre afligida...
8. Por haber aceptado ayuda al cargar la Cruz...
9. Por haber recibido misericordia de la Verónica...
10. Por haber consolado a las mujeres...
11. Por haber sido despojado de Sus vestiduras...
12. Por Su Crucifixión...
13. Por Su Muerte en la cruz...
14. Por Su Sepultura...
15. Por Su Resurrección de entre los muertos...
"Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del
mundo entero. "
(Tres veces.)
Si se desea, al terminar las Invocaciones a la
Divina Misericordia, se recitan las Alabanzas a la Divina
Misericordia.
Según el diario de Santa María Faustina Kowalska,
Jesús le dijo:
"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado...
Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los
sacerdotes la recomendarán a los pecadores como su último refugio de
salvación. Aun si el pecador más empedernido hubiese recitado esta
Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita
Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que
confían en Mi Misericordia."
"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del
moribundo, Yo me pondré entre Mi Padre y el, no como Justo Juez sino
como Misericordioso Salvador."
INDULGENCIAS
Se enriquecen
con indulgencias actos de culto realizados en honor de la
Misericordia Divina.
Decreto del 29-Junio-2002
Ayúdame, oh Señor, a ser misericordioso
Para que yo jamás
recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el
alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Para que tome en
cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas
y gemidos.
Para que jamás hable
negativamente de mi prójimo, sino que tenga una palabra de consuelo y
de perdón para todos.
Para que sepa hacer
sólo el bien a mi prójimo y cargar sobre mí las tareas más difíciles y
penosas.
Para que siempre me
apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi
cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.
Para que yo sienta
todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi
corazón. Seré sincero incluso con aquellos de los cuales sé que
abusarán de mi bondad. Y yo mismo me encerraré en el Misericordioso
Corazón de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio.
Que Tu
Misericordia, oh Señor, repose dentro de mí.
Santa Faustina Kowalska
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La antiquísima
imagen Milagrosa de la Virgen María que presentamos en esta página,
se encuentra en el Célebre Santuario de la Madre de la Misericordia
en la ciudad de Wilno en Lituania; sobre la Puerta Oriental. Junto a
ella fue expuesta por primera vez a la veneración pública la
Sagrada Imagen de la Divina Misericordia, en el año 1935.
La ciudad de Wilno es célebre por su Santuario Mariano en el oriente
europeo. La imagen de la Madre de la Misericordia, en un
tiempo formaba parte de un cuadro, quizá de la Virgen de la
Anunciación o de la Virgen Dolorosa al pié de la Cruz; temas
fundamentales de la Maternidad de María Santísima.
La Misericordia de Dios por el
hombre se comunicó al mundo mediante la Maternidad de la Virgen
María
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LA
DIVINA MISERICORDIA
La Iglesia celebra el segundo Domingo de Pascua el Domingo de la Divina Misericordia,
«una invitación perenne a afrontar, con confianza en
la benevolencia divina, las dificultades y pruebas»
de la humanidad. La preparación de la fiesta
comienza el Viernes Santo con el inicio de la Novena a la
Divina Misericordia.
El 23 de mayo de 2000 cuando se difundió un decreto
de la Congregación vaticana para el Culto Divino y
la Disciplina de los Sacramentos en el que se
estableció, por indicación de Juan Pablo II, la
Fiesta de la Divina Misericordia el segundo
domingo de Pascua. La denominación oficial de este
día litúrgico es «Segundo Domingo de Pascua o de
la Divina Misericordia».
La Devoción a la Divina Misericordia constituye
un auténtico movimiento espiritual dentro de la
Iglesia católica promovido por Faustina Kowalska,
a quien Juan Pablo II canonizó el 30 de abril de
2000.
El Papa Juan Pablo II escogió ese día para anunciar una sorpresa:
«En todo el mundo, el segundo Domingo de Pascua
recibirá el nombre de Domingo de la Divina
Misericordia. Una invitación perenne para el mundo
cristiano a afrontar, con confianza en la
benevolencia divina, las dificultades y las pruebas
que esperan al genero humano en los años venideros».
Como el Papa no había escrito estas palabras, no
aparecieron en la trascripción oficial de sus
discursos de esa canonización. De ahí que el decreto
que publicó la mencionada Congregación vaticana
anunciara de manera oficial a la Iglesia universal
el deseo de Juan Pablo II, que dedicó una de sus
Encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in
Misericordia»).
Cuando el Papa Juan Pablo II canonizó a la religiosa polaca Faustina Kowalska,
ésta se convirtió
en la primera santa del Jubileo del año 2000,
coronando así un siglo marcado por inmensos
sufrimientos pero que justamente en sus años más
oscuros, los que van del primer al segundo conflicto
mundial, Cristo entregaba el mensaje de la Divina
Misericordia a la joven religiosa.
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