Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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Yo soy la Madre del
Amor hermoso y del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En
mí está toda la gracia del camino y de la verdad; en mí, toda esperanza
de vida y de fuerza. Venid a mí cuantos me anheláis, y saciaos de mis
frutos. Que mi recuerdo es más dulce que la miel, y el poseerme, más
dulce que el panal.
Sir 24, 24-27
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" Diario, 327
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Newsletter 685
LA NATIVIDAD DE MARÍA
SANTÍSIMA
8 de septiembre de
2012
«Quita el sol que ilumina al
mundo ¿cómo podrá haber día? Quita a María, esta estrella del mar, de un mar sin
duda grande y espacioso, ¿y qué restará sino oscuridad que todo lo ofusque,
sombra de muerte y densísimas tinieblas? Con todo lo íntimo, pues, de nuestra
alma, con todos los afectos de nuestro corazón y con todos los sentimientos y
deseos de nuestra voluntad, veneremos a María, porque ésta es la Voluntad de
aquel Señor que quiso que todo lo recibiéramos por María».
San Bernardo, Homilía en la Natividad de la Virgen (Sermón "del acueducto").
Soy
todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste al Beato Juan Pablo II
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina,
de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad
a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los
momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir
al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar al Beato
Juan Pablo II y que me concedas por su
intercesión el favor que te pido... (pídase).
A Tí,
Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que
vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que
santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25 de marzo al
25 de diciembre
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¡Venid todos, todos los fieles
hacia la Virgen! Ha nacido la Escogida, desde antes de su
concepción para ser la Madre de nuestro Dios, joya de la
virginidad, el cetro de Aarón florecido en la raíz de Jesé, del
oráculo de los profetas, el tronco de los justos Joaquín y Ana.
Al nacer Ella el mundo es restaurado, al nacer Ella la Iglesia
se llena de su esplendor. Ella es el templo santo, el habitáculo
de la divinidad, el instrumento virginal, la verdadera alcoba
nupcial donde se realiza el prodigio de la unión inefable de las
naturalezas que se juntan en Cristo.
¡Adorémosle glorificando
el nacimiento de la Virgen pura.
Vísperas de la liturgia bizantina .
Natividad de la Virgen Inmaculada
Querido/a Suscriptor/a de "El Camino de María"
El 8 de septiembre
celebraremos la fiesta de la Natividad
de la Santísima Virgen María. Su nacimiento constituye
una especie de «prólogo» de la Encarnación: María
Santísima,
como aurora, precede al sol del «nuevo día»,
anunciando la alegría del Redentor.
Contemplaremos
a una niña como todas las demás y, al mismo tiempo,
única, la "bendita entre las mujeres" (Lc 1,
42). María es la inmaculada "Hija de Sión",
destinada a convertirse en la Madre del Mesías.
El 8 de septiembre cae
precisamente nueve meses después de la solemnidad de
la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, 8 de
diciembre. Al determinar estos dos días de fiesta,
la Iglesia ha tenido en cuenta el tiempo natural de
una gravidez humana. De este modo se veneran y
santifican de modo particular estos nueve meses del
desarrollo del hombre en el cuerpo de la madre.
"...Todo
en el Antiguo Testamento converge hacia el tiempo de
la Encarnación, y en este punto comienza el Nuevo
Testamento. En ese momento de plenitud se inserta
María. "La Natividad de María Santísima
—comenta San Andrés de Creta en la homilía sobre
la segunda lectura del oficio de la fiesta (cf Sermón
1: PG 97, 810)— representa el tránsito de un régimen
al otro, en cuanto que convierte en realidad lo que no
era más que símbolo y figura, sustituyendo lo
antiguo por lo nuevo"..."
"...La
liturgia no acostumbra celebrar el nacimiento
terreno de los santos (la única excepción la
constituye San Juan Bautista). Celebra, en cambio,
el día de la muerte, al que llama dies natalis, día
del nacimiento para el Cielo. Por el contrario,
cuando se trata de la Virgen Santísima Madre del
Salvador, de aquella que más se asemeja a Él,
aparece claramente el paralelismo perfecto existente
entre Cristo y Su Madre. Y así como de Cristo
celebra la Concepción el 25 de marzo y el
Nacimiento el 25 de diciembre, así de la Virgen
celebra la Concepción el 8 de diciembre y su
Nacimiento el 8 de septiembre, y como celebra la
Resurrección y la Ascensión de Jesús, también
celebra la Asunción y la realeza de la Virgen. San
Andrés de Creta , refiriéndose al día del
Nacimiento de la Virgen, exclama: "Hoy, en
efecto, ha sido construido el Santuario del Creador
de todas las cosas, y la creación, de un modo nuevo
y más digno, queda dispuesta para hospedar en Sí
al Supremo Hacedor" (Sermón 1: PG
97,810)."..." (De la Homilía del Cardenal
J. Ratzinger
"La
fiesta de la plenitud y el alivio"
publicada en el libro "El Rostro de Dios"
publicado por Editorial Sígueme")
ORACIÓN DEL BEATO
JUAN PABLO II EN LA
FIESTA LITÚRGICA DE
LA NATIVIDAD DE LA
VIRGEN MARÍA.
8 DE SEPTIEMBRE DE
1980
¡Oh
Virgen naciente,
esperanza y aurora
de salvación para
todo el mundo,
vuelve benigna tu
mirada materna hacia
todos nosotros,
reunidos aquí para
celebrar y proclamar
tus glorias!
¡Oh
Virgen fiel,
que siempre
estuviste
dispuesta y
fuiste solícita
para acoger,
conservar y
meditar la
Palabra de Dios,
haz que también
nosotros, en
medio de las
dramáticas
vicisitudes de
la historia,
sepamos mantener
siempre intacta
nuestra fe
cristiana,
tesoro precioso
que nos han
transmitido
nuestros padres!
¡Oh
Virgen potente,
que con tu pie
aplastaste la
cabeza de la
serpiente
tentadora, haz
que cumplamos,
día tras día,
nuestras
promesas
bautismales, con
las cuales hemos
renunciado a
satanás, a sus
obras y a sus
seducciones, y
que sepamos dar
en el mundo un
testimonio
alegre de
esperanza
cristiana!
¡Oh
Virgen clemente,
que abriste
siempre tu
Corazón materno
a las
invocaciones de
la humanidad, a
veces dividida
por el desamor y
también,
desgraciadamente,
por el odio y
por la guerra,
haz que sepamos
siempre crecer
todos, según la
enseñanza de tu
Hijo, en la
unidad y en la
paz, para ser
dignos hijos del
único Padre
celestial!
Amén.
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"Queridos hijos, mientras mis ojos los están mirando mi alma está buscando aquellas almas con quienes desean hacerse una. Las almas que han entendido la importancia de la oración por aquellos de mis hijos que no han llegado a conocer el Amor del Padre Celestial. Los estoy llamando por que los necesito. Acepten la misión y no tengan miedo, Yo los fortaleceré. Yo los llenare con mis gracias. Con mi amor los protegeré del espirito maligno. Estaré con ustedes. Con mi presencia los consolare en los momentos difíciles. Gracias por abrir sus corazones. oren por los sacerdotes. Oren por que la unidad entre ellos y mi Hijo sea lo más fuerte, que ellos sean uno. Gracias." Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorge. 2/9/2012
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