Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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¡Dichosa Tú que has creído!
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Tú que has creído con fe rebosante de alegría en la
Anunciación, Visitación, Natividad, Presentación en el
Templo y Encuentro en el Templo.
― Tú que has creído con fe impregnada de
dolor en toda
la Pasión de Getsemaní, Flagelación, Coronación de
espinas, Vía Crucis y al pie de la
Cruz del calvario.
― Tú que has creído con la fe
de una gloria incipiente
en la glorificación de tu Hijo, en la Resurrección,
Ascensión y Pentecostés.
― Tú, cuya fe se cumplía en la
Asunción
¡Madre nuestra adornada con la corona de la
gloria celestial, ruega por nosotros!.
(Beato
Juan
Pablo II . Ángelus 14-octubre-1984)
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327).
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Newsletter 664
31 mayo de
2012
LA
VISITACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA
Soy
todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
Oh Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, nuestro
Redentor, y de su Madre, la Bienaventurada Virgen María, y la acción del
Espíritu Santo, concediste al Beato Juan Pablo II la gracia de ser
Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e
hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad,
haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la
vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de
mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te
ruego que me concedas por su intercesión el favor que te pido (...)
(pídase).
A Tí, Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el
que vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que
santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
25
de marzo al 25 de diciembre
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¡Dichosa
Tu, que has creído ! (Lc 1, 45)
María
Santísima, Esposa del Espíritu Santo
Cuando
María ha echado raíces en un alma, realiza allí las maravillas
de la gracia que sólo Ella puede realizar, porque Ella sola es
Virgen fecunda, que no tuvo ni tendrá jamás semejante en
pureza y fecundidad.
María ha colaborado con el Espíritu Santo a la mayor obra que
ha sido posible, es decir, la Encarnación del Verbo. En
consecuencia, Ella realizará también los mayores portentos de
los últimos tiempos. La formación y educación de los grandes
santos, que vivirán hacia el fin del mundo, están reservadas a
Ella, porque sólo esta Virgen singular y milagrosa puede
realizar en unión del Espíritu Santo, las cosas singulares y
extraordinarias.
Cuando el Espíritu Santo, su Esposo, la encuentra en un alma,
vuela y entra en esa alma en plenitud y se le comunica tanto
más abundantemente cuanto más sitio hace el alma a su Esposa.
Una de las razones principales de que el Espíritu Santo no
realice maravillas portentosas en las almas, es que no
encuentra en ellas una unión suficientemente estrecha con su
fiel e indisoluble Esposa.
San Luis-María Grignion
de Montfort
Tratado de la
Verdadera Devoción a la Santísima Virgen n°35 y 36
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Querido/a Suscriptor/a de "El Camino de María"
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"...Es siempre sugestivo este momento de fe y devoto
homenaje a María Santísima con que concluye el mes de mayo, mes
mariano -expresó el Beato Juan Pablo II en la
Audiencia General del 31 de mayo de 2000-. Habéis
rezado el Santo Rosario caminando hacia esta gruta de
Lourdes, que se encuentra en el centro de los jardines
vaticanos. Aquí, ante la Imagen de la Virgen
Inmaculada, habéis depositado en sus manos vuestras
intenciones de oración, meditando en el misterio que
se celebra hoy: la Visitación de María Santísima a
Santa
Isabel.
En este acontecimiento -continuó Juan
Pablo II-, se
refleja una "Visitación" más profunda: la de Dios a
su pueblo, saludada por el júbilo del pequeño Juan, el
mayor entre los nacidos de mujer (cf. Mt 11, 11) ya
desde el seno materno. Así, el mes mariano
concluye bajo el signo del "gaudium", segundo misterio
"gozoso", es decir, de la alegría, del júbilo..."
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El 31 de
mayo de 2011 en los jardines vaticanos tuvo lugar la
tradicional procesión con el rezo del Santo Rosario al
concluir el mes mariano, desde la iglesia de San Esteban
de los Abisinios, que se encuentra detrás de la Basílica
Vaticana, hasta la Gruta de Lourdes.
El Santo Padre antes de impartir la bendición apostólica
dirigió unas palabras.
"Haber comenzado este mes de María con la memorable
beatificación de Juan Pablo II ha sido y sigue siendo
para todos -dijo el Papa- un motivo de gran
alegría y gratitud. ¡Qué gran don de gracia para toda la
Iglesia, la vida de este gran Papa! Su testimonio sigue
iluminando nuestras vidas y nos impulsa a ser verdaderos
discípulos del Señor, a seguirlo con el coraje de la fe,
a amarlo con el mismo entusiasmo con que él dio su vida
a Cristo".
Refiriéndose a continuación a la fiesta del día,
Benedicto XVI señaló que "la Visitación de María
nos lleva a reflexionar sobre este coraje de la fe.
Aquella que Isabel acoge en su casa es la Virgen que "ha
creído" al anuncio del Ángel y ha respondido con fe,
aceptando con valentía el proyecto de Dios para su vida
y acogiendo en sí la Palabra eterna del Altísimo".
"María ha creído realmente que "nada hay imposible para
Dios", y con esta confianza se ha dejado guiar por el
Espíritu Santo en la obediencia diaria a sus designios.
¿Cómo no desear, para nuestra vida, el mismo abandono?
¿Cómo podríamos no anhelar aquella felicidad que nace de
una profunda e íntima familiaridad con Jesús? Por eso,
dirigiéndonos hoy a la "Llena de gracia", le pedimos que
obtenga, también para nosotros, de la Divina
Providencia, poder pronunciar cada día nuestro "sí" a
los designios de Dios, con la misma fe humilde y sincera
con la que la Virgen pronunció el suyo. Ella que,
acogiendo la Palabra de Dios en Sí misma, se ha
abandonado sin reservas, nos guíe a una respuesta cada
vez más generosa e incondicional a sus proyectos,
también cuando estamos llamados a abrazar la cruz".
El Santo Padre concluyó encomendando "a la
intercesión materna de María la Iglesia y el mundo" y
"el don de saber acoger siempre en la propia vida la
señoría de Aquel que con su Resurrección ha vencido a la
muerte".
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Les informamos que hemos redactado y diseñado
un
e-Curso con textos extraídos de la extensa
Catequesis del Beato Papa Juan Pablo II
que lleva por título
SAGRADO CORAZÓN: SÍMBOLO DEL
AMOR DE CRISTO. Este e-Curso contiene
los textos catequéticos sobre cada una de las
Letanías al Sagrado Corazón de Jesús
y serán enviadas diariamente a la dirección de
correo electrónico de quienes se inscriban en la siguiente dirección:
"...El mes de junio está dedicado, de modo
especial, a la veneración del Corazón divino. No
sólo un día, la fiesta litúrgica que, de
ordinario, cae en junio, sino todos los días.
Con esto se vincula la devota práctica de rezar o
cantar diariamente las
Letanías al Sacratísimo Corazón de Jesús...."
(Ángelus,
27 de junio de 1982).
SALVE, VIRGEN Y ESPOSA !
HIMNO AKÁTHISTOS, 5
Con el Niño en
Su seno,
presurosa María,
a su prima Isabel visitaba.
El pequeño en el seno materno
exultó al oír el saludo,
y con saltos, cual cantos de gozo,
a la Madre aclamaba:
Salve, oh tallo del verde Retoño;
Salve, oh rama del Fruto incorrupto.
Salve, al pío Arador Tú cultivas;
Salve, Tú plantas quien planta la
vida.
Salve, oh campo fecundo - de gracias
copiosas;
Salve, oh mesa repleta - de dones
divinos.
Salve, un Prado germinas - de toda
delicia;
Salve, al alma preparas - Asilo
seguro.
Salve, incienso de grata plegaria;
Salve, ofrenda que el mundo concilia.
Salve, clemencia de Dios para el
hombre;
Salve, del hombre con Dios confianza.
Salve, ¡Virgen y Esposa!
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