Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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Queridos hijos, hoy los invito a que,
con plena confianza y amor, se pongan en camino Conmigo, porque deseo
conducirlos al conocimiento de mi Hijo. No teman, hijos míos, estoy aquí
con ustedes, estoy junto a ustedes. Les muestro el camino para
perdonarse a ustedes mismos, perdonar a los otros, y con arrepentimiento
sincero de corazón, arrodillarse ante el Padre. Hagan que muera todo lo
que en ustedes les impide amar y salvarse. Que puedan estar con Él y en
Él. Decídanse por un nuevo comienzo, un inicio de amor sincero a Dios
mismo. Gracias.
(Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en
Medjugorge. 2 de enero de 2010).
"Ofrezco a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente
de la Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen
con la firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327)
Misericordia
Divina, que brota del seno del Padre, en Tí confío. (Diario,
949)
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Gloria
a Dios Padre y al Hijo, Rey del universo.
Gloria al Espíritu,
digno de alabanza y Santísimo.
La
Trinidad es un solo Dios que creó y llenó cada cosa: el Cielo de seres
celestes y la tierra de seres terrestres.
Llenó
el mar, los ríos y las fuentes de seres acuáticos, vivificando cada cosa
con su Espíritu,
para que cada criatura honre a su sabio Creador,
causa única del vivir y del permanecer.
Que lo
celebre siempre más que cualquier otra
la criatura racional
como gran Rey y Padre bueno.
San Gregorio Nacianceno.
Poemas dogmáticos, XXXI, Hymnus alias: PG 37, 510-511.
Edición
486
EL BAUTISMO DE JESÚS
Domingo 10 de enero de 2010
Oh Dios Padre
Misericordioso, que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei,
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina,
de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad
a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los
momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir
al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar a tu Siervo
Juan Pablo II, Servus Servorum Dei, y que me concedas por su
intercesión el favor que te pido... (pídase). A Tí,
Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que
vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que
santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos
de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
VIA MATRIS
Contemplación y meditación de los 7 Dolores de la Virgen Santísima
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La Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que concedía 7 gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:
1.Pondré paz en sus familias.
2.Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3.Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4.Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Hijo y a la santificación de sus almas.
5.Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
6.Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7.He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría
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Misterio de luz es ante todo el
Bautismo en el Jordán. En él, mientras Cristo, como inocente que se hace 'pecado' por nosotros (cf. 2 Co 5, 21), entra en el agua del río, el
Cielo se abre y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto (cf. Mt 3, 17 par.), y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera (
Rosarium
Virginis Mariae,
21 )
HIMNO A
CRISTO
(Cántico de la carta
de San Pablo a los Colosenses (1, 3.12-20)
Demos
gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya Sangre hemos recibido la Redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del Cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la Sangre de su Cruz.
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Queridos
Suscriptores de "El Camino de María"
Preside esta
edición de El Camino de María el gran himno
Cristológico con el que comienza la carta a los
Colosenses. En él sobresale la figura gloriosa de Cristo,
corazón de la liturgia y centro de toda la vida eclesial. El
horizonte del himno incluye a toda la Creación y a la Redención,
abarcando a todo ser creado y a toda la historia. En
este canto se puede percibir el ambiente de fe y de oración
de la antigua comunidad cristiana y el Apóstol
Pablo recoge su voz y testimonio, imprimiendo al mismo
tiempo al himno su impronta.
Dada la importancia de este himno en la Cristología, es que lo hemos elegido
para iniciar esta edición en la que contemplaremos EL
INICIO DE LA VIDA PÚBLICA DEL REDENTOR a través de un
texto de nuestro querido y recordado Juan Pablo II.
El
Bautismo de Jesús en el Jordán pertenece, según la
antiquísima tradición litúrgica de la Iglesia, al conjunto
de la Epifanía. Efectivamente, todo lo que en el momento del
Nacimiento en Belén se reveló a pocos elegidos -primero a
los pastores, luego a los Magos- ahora, después de 30 años,
se revela a todo el Pueblo. A esta revelación, ante todo, se
orienta el testimonio de Juan, cuya misión fue preparar la
venida de Cristo entre los hombres. Pero después, en el
momento mismo del Bautismo en el Jordán, es Dios Padre quien
confirma nuevamente el cumplimiento del misterio de la
Encarnación. He aquí en efecto que los que se habían
reunido junto al Jordán oyen las palabras: "Este es mi
Hijo muy amado en quien tengo mis complacencias" (Mt
3, 17). De este modo se confirma de nuevo el mismo misterio,
que antes se había revelado en Belén a los pastores y a los
Magos.
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El Santo Padre Benedicto XVI en
la homilía de la Santa Misa de la Fiesta del
Bautismo de Jesús del 8 de enero de 2006, se refirió a nuestro
SÍ A DIOS:
SÍ
A DIOS
...Del
mismo modo que en el diálogo
bautismal el "no" se
articula en tres renuncias, también
el "sí" se articula en tres
adhesiones:
"Sí"
al Dios vivo, es decir, a un Dios
creador, a una razón creadora que da
sentido al cosmos y a nuestra vida;
"Sí" a Cristo, es
decir, a un Dios que no permaneció
oculto, sino que tiene un nombre,
tiene palabras, tiene cuerpo y sangre;
a un Dios concreto que nos
da la vida y nos muestra el
camino de la vida;
"Sí" a la comunión de
la Iglesia, en la que
Cristo es el Dios vivo, que
entra en nuestro tiempo, en nuestra
profesión, en la vida de cada día.
Podríamos
decir también que el Rostro de Dios,
el contenido de esta cultura de la
vida, el contenido de nuestro gran
"sí", se expresa en los 10
Mandamientos, que no son un paquete de
prohibiciones, de "no", sino
que presentan en realidad una gran
visión de vida. Los 10 Mandamientos
son un:
"Sí"
a un Dios que da sentido al vivir
(los tres primeros mandamientos);
"Sí" a la familia (cuarto
mandamiento);
"Sí" a la vida (quinto
mandamiento);
"Sí" al amor responsable
(sexto mandamiento);
"Sí" a la solidaridad, a
la responsabilidad social, a la
justicia (séptimo mandamiento);
"Sí" a la verdad
(octavo mandamiento);
"Sí" al respeto del otro
y de lo que le pertenece (noveno y
décimo mandamientos).
Esta
es la filosofía de la vida, es la
cultura de la vida, que se hace
concreta, practicable y hermosa en la
comunión con Cristo, el Dios vivo,
que camina con nosotros en compañía
de sus amigos, en la gran familia de
la Iglesia.
El
Bautismo es don de vida. Es un
"sí" al desafío de vivir
verdaderamente la vida, diciendo
"no" al ataque de la muerte,
que se presenta con la máscara de la
vida. Es un "sí" al gran
don de la verdadera vida, que se
hizo presente en el Rostro de Cristo,
el cual se nos dona en el Bautismo y
luego en la Eucaristía (...)
Demos gracias
hoy al Señor porque Dios no se
esconde detrás de las nubes del
misterio impenetrable, sino que,
como dice el Evangelio de hoy, ha
abierto los cielos, se nos ha
mostrado, habla con nosotros y está
con nosotros; vive con nosotros y
nos guía en nuestra vida. Demos
gracias al Señor por este don y
pidamos por nuestros niños, para
que tengan realmente la vida, la
verdadera vida, la vida eterna. Amén
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Salve,
Señora, Santa Reina, Santa Madre de Dios,
que eres Virgen hecha Iglesia,
y elegida por el Santísimo Padre del Cielo,
consagrada por Él con su Santísimo Hijo Amado
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la que estuvo y está toda la plenitud de la gracia, y
todo bien.
Salve, palacio suyo; salve, tienda suya;
Salve, casa suya, salve, vestidura suya;
Salve, sierva suya; salve, Madre suya,
Y todas vosotras, virtudes santas, que por la gracia y
la iluminación
del Espíritu Santo sois infundidas en el corazón de los
creyentes,
para que siempre sean fieles a Dios. (Saludo de San
Francisco de Asís)
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