EL CAMINO DE MARÍA

Cum Maria contemplemur Christi vultum!

¯¯¯

Madre, Tu protección va más allá de nuestro entendimiento

¿Quién, después de Tu Hijo, se interesa como Tú en el género humano? ¿Quién nos defiende sin cesar en nuestras tribulaciones? ¿Quién nos libra tan pronto de las tentaciones que nos acosan? ¿Quién toma nuestra defensa para disculparlas en los casos desesperados? En virtud de la franqueza y de la fuerza que Tu maternidad te ha concedido ante Tu Hijo, aunque seamos condenados por nuestros crímenes y que no nos atrevamos más a mirar hacia el Cielo, Tú por medio de Tus súplicas e intercesión nos salvas del suplicio eterno. Por eso el afligido en Ti se refugia, el que padece la injusticia a Ti recurre, el que está dentro del mal invoca Tu asistencia. Todo lo que viene de Ti, Madre de Dios, es maravilloso, todo es más grande que la naturaleza, todo supera nuestra razón y nuestras fuerzas. Tu protección va más allá de nuestro entendimiento.

San Germán de Constantinopla

JESUS, CONFIO EN TI

"Ofrezco a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327).


Edición especial

MARÍA AUXILIADORA

24 DE MAYO DE 2008

Soy todo tuyo y todas mis cosas Te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida. Dame tu Corazón, oh María.

  Soy todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo. Amen.

Oh Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo, concediste a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei,  la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei, y que me concedas por su intercesión el favor que te pido... (pídase).  A Tí, Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

25 de marzo al 25 de diciembre

 

        

"Madre de la Iglesia y Auxilio de los cristianos"

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso Auxilio de los Cristianos! 

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima MadreMaria Auxiliadora nuestra y poderoso Auxilio de los Cristianos! Nosotros queremos consagrarnos enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y prometemos obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre Auxilio del pueblo cristiano, continúa, por Misericordia, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa; preserva de la irreligión y del vicio a la juventud; promueve las vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos, el Reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh Dulcísima Madre! que no apartes nunca Tu piadosa mirada de la juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos y de las almas del Purgatorio: Sé para todos Madre de Misericordia y Puerta del Cielo.

Te suplicamos, Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes, particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a fin de que, por cuanto es posible, con Tu presencia, con nuestras palabras y con nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a Tu Hijo Jesús,  y logremos que Te conozcan y amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo Tu maternal manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza; y en fin, que el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, y que el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte una corona en el Cielo. Así sea

(Oración inicial de la Novena a María Auxiliadora. San Juan Bosco)

 

Querido/a Suscriptor/a de "El Camino de María"

Dedicamos esta Edición especial de "El Camino de María" a Nuestra Señora, Auxilio de los cristianos, cuya memoria celebramos el 24 de mayo.
 
"En nuestra peregrinación espiritual a los santuarios de María hoy nos dirigimos con el pensamiento a Turín, a la Basílica de María Auxiliadora. Y lo hacemos con una intención particular muy entrañable para mí: Efectivamente, este Santuario es un monumento a la Virgen construido por San Juan Bosco, cuyo primer centenario de su muerte recordamos hoy.

Don Bosco, como se le llama cariñosamente en todo el mundo, y no sólo la gran familia salesiana de la que es fundador, veneró, amó, imitó profundamente a la Virgen bajo el título de Auxilium Christianorum difundió insistentemente su devoción, vio en Ella el fundamento de toda su ya mundial obra en favor de la juventud y de la promoción y defensa de la fe. A él le gustaba decir "María misma se ha construido su Casa", como subrayando el que la Virgen hubiese inspirado milagrosamente su camino espiritual y apostólico de gran educador y, de un modo más amplio, el que María hubiera sido puesta por Dios como ayuda y defensa de toda la Iglesia. (Juan Pablo II . Ángelus . Domingo 31 de enero de 1988).

"...Sabemos bien que la veneración a María como Auxiliadora antecede en el tiempo a su gran devoto Don Bosco; pues el título se encuentra en las Letanías lauretanas y subraya la presencia activa de María en los momentos difíciles de la historia de la Iglesia: Presencia de salvación inesperada, signo prodigioso de la segura asistencia del Espíritu de verdad y de gracia.

Hoy, cuando la fe está sometida a dura prueba, y diversos hijos e hijas del Pueblo de Dios están expuestos a tribulaciones a causa de su fidelidad al Señor Jesús, cuando la humanidad una grave crisis de valores espirituales, la Iglesia siente la necesidad de la intervención maternal de María: Para fortalecer su adhesión al único Señor y Salvador, para llevar adelante con la espontaneidad y el coraje de los orígenes cristianos la evangelización del mundo, para iluminar y guiar la fe de la comunidad y de cada individuo, en particular para educar en el sentido cristiano de la vida a los jóvenes, a los que Don Bosco se entregó totalmente como padre y maestro..." (Juan Pablo II . Ángelus . Domingo 31 de enero de 1988).

¯¯¯

El corazón de la Virgen María es tan grande que abarca y contiene a toda la humanidad. Dios la creó para que fuera su Madre y madre de todos, la dotó de esta universalidad de afectos para que los afligidos, los enfermos, los pecadores, que recurren a Ella, experimenten esta singular bondad suya.

En la Iglesia se centra la Obra santificadora de Cristo y aunque Ella es la amada esposa de Jesús "sin arruga o defecto" (San Pablo) no la sustrajo a las vicisitudes humanas y quiso que tuviera la apariencia de debilidad. En realidad, posee la misma fuerza de Dios, que le prometió la asistencia perenne del Espíritu Santo y así se apoya segura y confiada en las palabras infalibles de Jesucristo: "He aquí que estaré con vosotros hasta el fin de los siglos".

San Juan en el Apocalipsis la describe como la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén y así, la nueva Jerusalén (la Iglesia), tiene en María Santísima a su poderosa defensora contra los enemigos de todos los tiempos.

Estos enemigos son de dos clases: internos y externos.

Los enemigos internos son aquellos que atentan a la verdad que la Iglesia nos enseña, los que pretenden introducir en ella, el error, o sea, los mismos cristianos que se oponen con obstinación, con terquedad a lo que propone la Iglesia Católica.

Los enemigos externos son los que no perteneciendo a la Iglesia Católica, la atacan y pretenden destruir la FE de sus miembros que son el Cuerpo Místico de Cristo.

De estas consideraciones sobre el glorioso título de Auxilio de los Cristianos debemos sacar dos importantes enseñanzas para normar nuestra vida cristiana:

• Ante todo un filial amor a la Santa Iglesia y a su Cabeza visible: el Romano Pontífice. En el amor de todos los católicos, que se centra en el Papa, en la asistencia perenne de Jesucristo y en la poderosa protección de María tenemos una fuerza superior que nos consuela y alienta.

• Otra enseñanza, más necesaria hoy que nunca, surge de la Maternidad Auxiliadora de María Santísima, es el deber que tenemos de extender la CARIDAD CRISTIANA con la que nos debemos amar unos a otros, como Dios nos ama, sin distinción alguna. No debemos olvidar que es contrario a la caridad: levantar barreras de división, de odio, de incomprensión, etc.

¡Oh Madre Santísima que en tus entrañas maternales acoges a toda la humanidad y que a todos socorres en sus necesidades, alcánzanos de tu Divino Hijo esta universal caridad así como la fidelidad a la Iglesia Católica, fundada con la Sangre de Jesucristo, que es también Tu Sangre!.

¡Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros!.

(Fuente: "MEDITACIONES SOBRE LAS LETANÍAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN PARA EL MES DE MAYO"  Cardenal Newman)

¯¯¯

 
El Santo Padre Benedicto XVI, en la carta que escribió a los fieles de la Iglesia católica en la República Popular China, en mayo de 2007, manifestó su deseo de que el 24 de mayo, memoria de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos, que se venera con tanta devoción en el Santuario mariano de Sheshan, en Shangai, fuese una jornada de oración por la Iglesia en China.

Este es el texto completo de la Oración a Nuestra Señora de Sheshan:

Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada como de Auxilio de los cristianos en el Santuario de Sheshan,
a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China,
hoy venimos ante Ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.

Con el dócil "sí" pronunciado en Nazaret Tú aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu Seno virginal
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste
erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre
de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.

Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste
al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable,
concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación,
incluso en las tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.

Nuestra Señora de Sheshan, alienta el compromiso de quienes,
en medio de las fatigas, siguen creyendo, esperando y amando,
para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario Tú muestras a tu Hijo
al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.

Marisa y Eduardo

MEDITACIÓN DEL SIERVO DE DIOS JUAN PABLO II 

 
 
 
  
 

VISITA PASTORAL A TURÍN

SANTUARIO DE MARÍA AUXILIADORA

Ángelus . Domingo 4 de septiembre de 1988

SANTUARIO DE MARÍA AUXILIADORA

 

 

1. Estamos aquí en Turín-Valdocco, ante el Santuario de María Auxiliadora, surgido del amor y del coraje de un Santo.

Antes de comenzar la construcción, Don Bosco había dicho: "La Virgen quiere que la veneremos bajo el título de María Auxiliadora: los tiempos que corren son tan tristes, que tenemos justamente necesidad de que la Virgen Santísima nos ayude a conservar y defender la fe cristiana" (Memorie biografiche 7, pág. 334).

Y cuando se inauguró el templo escribió: "Una experiencia de dieciocho años nos hace ver de modo luminosísimo que María ha continuado desde el Cielo con el mayor de los éxitos la misión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos, que había comenzado en la tierra" (G. Bosco, Meraviglie della Madre di Dio invocata sotto il titolo di Maria Ausiliatrice, Turín, 1869, pág. 45). Él nos invita a saber ver en María una presencia eficaz de defensa y ayuda, de intercesión y de servicio amoroso.

2. El Concilio Vaticano II nos presenta a María como modelo de la Iglesia por su riqueza de gracia, su firme testimonio de fe, su maternidad y su solicitud por la salvación de los hombres. Lo que María es personalmente de forma plena en su singular unión con Cristo y en la comunión con la primera comunidad de los Apóstoles, lo es también, a lo largo de la peregrinación de los siglos, la Iglesia, hecha Cuerpo místico de Cristo en todas las latitudes.

En particular, la Iglesia demuestra su fisionomía mariana a través de la generación de Cristo en el corazón de los creyentes y a través del solícito cuidado de su crecimiento en la fe. La Iglesia es verdaderamente Madre porque engendra y educa en la fe a sus hijos.

La maternidad de la Iglesia es una maternidad que tiene necesidad de intérpretes santos, dóciles y orantes como Don Bosco; sobre todo cuando se trata de educar en la fe a la juventud.

3. Desde este Santuario de María Auxiliadora, tan significativo para los jóvenes, dirijo una llamada a los padres, a los presbíteros, a las personas consagradas y a los educadores todos, recordándoles que tienen la vocación de interpretar, con generosa donación de sí, la maternidad de la Iglesia en orden al nacimiento y el crecimiento de la fe en el corazón de los jóvenes. ¡Cuántas dificultades halla hoy la juventud a este respecto! Es un desafío preocupante, entre los más urgentes e incluso entre los más delicados y complejos. No es una tarea fácil, pero es muy necesaria.

Por tanto, invito a mirar a María, poderosa ayuda y materna guía de los educadores de la fe.

Si nos encomendamos de verdad a Ella, sentiremos crecer en nosotros una actitud de plena confianza y capacidad pedagógica, junto con un gran amor agradecido, como respuesta a su solicitud por la juventud. Guiados por "Aquella que ha creído", nos sentiremos más intensamente inclinados a la tarea de la educación de la fe, y percibiremos más claramente que la acción de la Iglesia en el mundo es como una prolongación de la maternidad de la Virgen llena de gracia.

De este modo, la participación en la misión de la Iglesia se traducirá en amor a María, Estrella de la evangelización, y en agradecimiento por su ayuda maternal.

 

© 2003-2008 MariaMediadora™ - All Rights Reserved

Cualquier consulta sírvase dirigirla a : marisayeduardo@santorosario.info