CORAZÓN DE JESÚS, DESPEDAZADO POR NUESTROS PECADOS

 

 

Meditación  vigésimo-segundo día 

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

 

Las 12 Promesas de Nuestro Señor a los devotos de su Sagrado Corazón

 

 

 

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

CATEQUESIS DEL PAPA JUAN PABLO II

CORAZÓN DE JESÚS, DESPEDAZADO POR NUESTROS PECADOS

Ángelus, 31 de agosto de 1986

 CORAZÓN DE JESÚS, DESPEDAZADO POR NUESTROS PECADOS

 
 
Queridos hermanos y hermanas:

Jesús: que durante la última Cena dijo: "Esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre derramada por vosotros".
Jesús:  que mediante su propia Sangre entra en el tabernáculo eterno.
Jesús:  que según el orden de Melquisedec nos deja Su sacrificio: "Haced esto..."  .

2.Corazón de Jesús que en Getsemaní "se entristece hasta la muerte" que siente el "peso" terrible. Cuando dice: "Todo te es posible: aleja de mi este cáliz" (Mc.14,36). El sabe, al mismo tiempo, cuál es la voluntad del Padre, y no desea otra cosa que cumplirla: derramar el cáliz hasta el fondo.
Corazón de Jesús, despedazado con la eterna sentencia: efectivamente, Dios ha amado tanto al mundo hasta dar su Hijo unigénito.

3.Tantos siglos antes lo había dicho Isaías: "Pero fue El ciertamente quien soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, mientras que nosotros le tuvimos por castigado, herido por Dios y abatido". (Is 53,4) El se ha inmolado por nuestros delitos: y, sin embargo, ¿no decían en el Gólgota: "Si eres hijo de Dios, baja de esa Cruz" (Mt 27,40) .

4.Así decían: Y, sin embargo, el Profeta sabía. Y, sin embargo, Isaías decía..., tantos siglos antes: "Fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados... Todos nosotros andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su camino: Y Yavé cargó sobre El la iniquidad de todos nosotros... Fue arrancado de la tierra de los vivientes y herido de muerte por el crimen de su pueblo" (Is 53,5-8).

5. Corazón de Jesús, despedazado por nuestros pecados... Los sufrimientos de la agonía abrazan gradualmente todo el cuerpo del Crucificado. Lentamente la muerte llega al Corazón. Jesús dice: "Todo está cumplido". "Padre, en tus manos entrego mi espíritu" (Lc 23,46).
¿Cómo iban a cumplirse las escrituras diversamente?
¿Cómo iban a cumplirse diversamente las palabras del Profeta que dice: "El Justo, mi Siervo, justificará a muchos...Se cumplirá por su medio la voluntad del Señor" (Is 53,11). ¡La voluntad del Padre! ¡No la mía, sino tu voluntad!

6. Nos hemos unido en la oración contigo, Madre de Cristo: contigo, que has participado en sus sufrimientos .. Tú nos conduces al Corazón de tu Hijo agonizante en la Cruz: cuando en su despojamiento se revela hasta el fondo como Amor. Oh Tú, que has participado en sus sufrimientos, permítenos perseverar siempre abrazando este misterio. ¡Madre del Redentor! ¡Acércanos al Corazón de tu Hijo!

LA ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

 

La adoración del santísimo Sacramento, en la que confluyen formas litúrgicas y expresiones de piedad popular entre las que no es fácil establecer claramente los límites, puede realizarse de diversas maneras:

- la simple visita al Santísimo Sacramento reservado en el sagrario: breve encuentro con Cristo, motivado por la fe en su presencia y caracterizado por la oración silenciosa;

- adoración ante el santísimo Sacramento expuesto, según las normas litúrgicas, en la custodia o en la píxide, de forma prolongada o breve;

- la denominada Adoración perpetua o la de las Cuarenta Horas, que comprometen a toda una comunidad religiosa, a una asociación eucarística o a una comunidad parroquial, y dan ocasión a numerosas expresiones de piedad eucarística.

En estos momentos de adoración se debe ayudar a los fieles para que empleen la Sagrada Escritura como incomparable libro de oración, para que empleen cantos y oraciones adecuadas, para que se familiaricen con algunos modelos sencillos de la Liturgia de las Horas, para que sigan el ritmo del Año litúrgico, para que permanezcan en oración silenciosa. De este modo comprenderán progresivamente que durante la adoración del santísimo Sacramento no se deben realizar otras prácticas devocionales en honor de la Virgen María y de los Santos. Sin embargo, dado el estrecho vínculo que une a María con Cristo, el rezo del Rosario podría ayudar a dar a la oración una profunda orientación cristológica, meditando en él los misterios de la Encarnación y de la Redención. (Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, año 2002, punto 165). 

ORACIÓN 

 Oh Dios Todopoderoso y Eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a quienes te piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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