CORAZÓN DE JESÚS,  DESEO DE LOS ETERNOS COLLADOS

 

 

Meditación  décimo-sexto día 

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

 

Las 12 Promesas de Nuestro Señor a los devotos de su Sagrado Corazón

 

 

 

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

CATEQUESIS DEL PAPA JUAN PABLO II

CORAZÓN DE JESÚS,  DESEO DE LOS ETERNOS COLLADOS

"...Este mundo -a pesar del pecado y la triple concupiscencia- está orientado al amor, que llena el Corazón humano del Hijo de María. Y por ello, uniéndonos a Ella, pedimos: Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, lleva a los corazones humanos, acerca a nuestro tiempo esa liberación que está en el Evangelio, en tu Cruz y Resurrección y que está en tu Corazón!

Ángelus, 20 de julio de 1986

 CORAZÓN DE JESÚS,  DESEO DE LOS ETERNOS COLLADOS

 
 
Queridos hermanos y hermanas:

1. A lo largo de estos domingos, cuando nos congregarnos para la plegaria del mediodía, rezamos las letanías del Sagrado Corazón en unión particular con la Madre de Jesús. El Ángelus dominical es, en efecto, nuestra cita de oración con María. Junto con Ella recordamos la Anunciación, que fue ciertamente un acontecimiento decisivo en su vida.
Y he aquí que, en el centro de este acontecimiento, descubrimos el Corazón. Se trata del amor del Hijo de Dios, que desde el momento de la Encarnación comienza a desarrollarse bajo el Corazón de la Madre junto con el Corazón humano de su Hijo.

2. ¿Es este Corazón "deseo" del mundo? Mirando el mundo tal como visiblemente nos rodea, debemos constatar con San Juan que está sometido a la concupiscencia de la carne, a la concupiscencia de los ojos y a la soberbia de la vida (Jn 2,16). Y este "mundo" parece estar lejos del deseo del Corazón de Jesús. No comparte sus deseos. Permanece extraño y, a veces, incluso hostil respecto a El. Este es el "mundo" del que el Concilio dice que está "esclavizado bajo la servidumbre del pecado" (Gaudium et Spes) . Y lo dice de acuerdo con toda la Revelación, con la Sagrada Escritura y con la Tradición (e incluso, digamos también, con nuestra experiencia humana).

3. Sin embargo, contemporáneamente, el mismo "mundo" ha sido llamado a la existencia por amor del Creador, y este amor le mantiene constantemente en la existencia. Se trata del mundo como el conjunto de las criaturas visibles e invisibles, y en particular "la entera familia humana con el conjunto universal de las realidades entre las que ésta vive" (Gaudium et Spes, 2).
Es el mundo que, precisamente a causa de la "servidumbre del pecado" ha sido sometido a la caducidad - como enseña San Pablo -y, por ello, gime y siente dolores de parto, esperando con impaciencia la manifestación de los hijos de Dios, porque sólo por este camino se puede liberar realmente de la esclavitud- de la corrupción, para participar de la libertad y de la gloria de los hijos de Dios (Rm. 8,19-22).

4. Este mundo -a pesar del pecado y la triple concupiscencia- está orientado al amor, que llena el Corazón humano del Hijo de María. Y por ello, uniéndonos a Ella, pedimos: Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, lleva a los corazones humanos, acerca a nuestro tiempo esa liberación que está en el Evangelio, en tu Cruz y Resurrección y que que está en tu Corazón!

BREVE HISTORIA DE LA VENERACIÓN DE LA SANGRE DE CRISTO

 

La veneración de la Sangre del Señor, derramada para nuestra salvación, y la conciencia de su inmenso valor han favorecido la difusión de representaciones iconográficas aceptadas por la Iglesia. Hay dos tipos fundamentales: la que hace referencia al cáliz eucarístico, que contiene la Sangre de la nueva y eterna Alianza, y la que sitúa en el centro de la imagen a Jesús crucificado, de cuyas manos, pies y costado brota la Sangre salvadora. A veces la Sangre inunda la tierra abundantemente, como un torrente de gracia que purifica los pecados; a veces junto a la cruz se representan cinco Ángeles, que recogen cada uno en un cáliz la Sangre que mana de las cinco heridas; esta acción a veces la realiza una figura femenina, que representa a la Iglesia, Esposa del Cordero. (Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, año 2002, punto 179).

ORACIÓN 

 Oh Dios Todopoderoso y Eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a quienes te piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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