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María, Mujer de la escucha, haz que se abran nuestros oídos; que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las miles de palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, a cada persona que encontramos, especialmente a quien es pobre, necesitado, tiene dificultades.

María, Mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús sin vacilaciones; danos la valentía de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida.

María, Mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan «deprisa» hacia los demás, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como Tú, la luz del Evangelio al mundo. Amén.



Papa Francisco, Oración al concluir el Mes de María. 31 de mayo de 2013

 


EL CAMINO DE MARÍA

 

Edición 818 - Domingo 30 de marzo de 2014

 

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

 

JESÚS CURA AL

CIEGO DE NACIMIENTO 

 

El ciego de nacimiento representa al hombre marcado por el pecado, que desea conocer la verdad sobre sí mismo y sobre su destino, pero se ve impedido por una enfermedad congénita. Sólo Jesús puede curarlo: Él es "la luz del mundo" (Jn 9, 5). Al confiar en Él, todo ser humano espiritualmente ciego de nacimiento tiene la posibilidad de "volver a la luz", es decir, de nacer a la vida sobrenatural.


Querido(a) suscriptor(a) de El Camino de María:

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Desde el Domingo III de Cuaresma hemos entrado en el corazón de este particular tiempo de conversión y de renovación espiritual, que nos llevará hasta Pascua. El tercer, cuarto y quinto domingo de Cuaresma forman un estimulante itinerario bautismal que se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando por norma se administraban los Bautismos durante la Vigilia pascual. Los «catecúmenos», después de unos tres años de catequesis bien estructurada, en las últimas semanas de Cuaresma recorrían las etapas finales de su camino, recibiendo simbólicamente el «Credo», el «Padrenuestro» y el «Evangelio». Por este motivo todavía hoy la liturgia de estos domingos se caracteriza por tres textos del Evangelio de Juan, que son propuestos según un esquema antiquísimo: a) Jesús promete a la samaritana el agua viva, b) Jesús cura al ciego de nacimiento, c) Jesús resucita de la tumba a su amigo Lázaro. Queda así clara la perspectiva del bautismo: a través del agua, símbolo del Espíritu Santo, el creyente recibe la luz y renace en la fe a una vida nueva y eterna.

En el 4to. Domingo de Cuaresma,  el evangelio narra la historia de "un hombre ciego de nacimiento" (Jn 9, 1). Al verlo, Jesús hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos y le dijo: "Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa "Enviado"). Él fue, se lavó, y volvió con la vista" (Jn 9, 6-7).

Además de la curación del ciego, el Evangelio da gran relieve a la incredulidad de los fariseos, que se niegan a reconocer el milagro, dado que Jesús lo ha realizado en sábado, violando, a su parecer, la ley de Moisés. Se manifiesta así una elocuente paradoja, que Cristo mismo resume con estas palabras: "Para un juicio he venido yo a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos" (Jn 9, 39).

Para quien encuentra a Jesús, no hay términos medios: o reconoce que lo necesita a Él y su luz, o elige prescindir de Él. En este último caso, tanto a quien se considera justo ante Dios como a quien se considera ateo, la misma presunción les impide abrirse a la conversión auténtica.

 

         

 

LA CURACIÓN DEL CIEGO DE NACIMIENTO

 

Beato Juan Pablo II . Homilía Santa Misa IV Domingo de Cuaresma

29 de marzo de 1981

 

Amadísimos hermanos y hermanas:

1. Deseo juntamente con vosotros saludar a Cristo Buen Pastor con las palabras del Salmo responsorial de la liturgia de hoy, que colma nuestros corazones de tanta confianza:

¡El Señor es mi Pastor, nada me falta! (Sal 22 [23], 1).

En el nombre de Cristo que es el Pastor Eterno de la Iglesia, Pastor de las almas, saludo a esta pequeña parte de la Iglesia romana, que es la comunidad de San Sabas en el Aventino(...)

2. El Salmo responsorial del IV Domingo de Cuaresma dirige nuestras almas hacia el misterio pascual, en el que Cristo se revela realmente como Pastor que ofrece la vida por las ovejas (cf. Jn10, 11-15). La imagen que emerge del Salmo 22 es una preparación en el Antiguo Testamento de la figura que Cristo mismo ha delineado con la parábola del Buen Pastor. Evidentemente, el Salmo refleja una mentalidad oriental y se expresa con modalidades típicas del contexto histórico judío y, por esto, requeriría una esmerada exégesis. Sin embargo, su mensaje es fácilmente comprensible: Jesús, el Verbo Divino, se encarnó precisamente para conducir las almas hacia la verdad: "En verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas".

Jesús vino para alentarnos en el camino de la vida, para guiarnos en el camino justo de la salvación, para prepararnos la mesa de la gracia, para darnos la alegría de la certeza. Jesús está con nosotros todos los días de nuestra existencia: la fe en El nos da seguridad y valentía, aun cuando a veces tengamos que caminar en un valle oscuro. ¡Animo, pues, queridos hijos! Es la primera exhortación que nos sugiere la liturgia de hoy. ¡A pesar de las penas y de los contrastes de la vida, a pesar de las situaciones sociales y públicas que a veces pueden llegar a ser dramáticas, no perdáis la confianza en Cristo Buen Pastor, Redentor de nuestras almas, Salvador de la humanidad!

3. Cristo es precisamente el Pastor Eterno de toda la humanidad, porque en El todos nosotros hemos sido elegidos por el Padre como sus hijos adoptivos. Y por medio de su obra redentora hemos sido unidos al Espíritu Santo, de manera que participamos así también de la misión de Cristo "Sacerdote, Profeta y Rey" (cf. Lumen gentium, 31). Hacia estos pensamientos nos orienta Ja primera lectura del libro de Samuel, que narra la elección y la unción del futuro Rey David por parte del Profeta.

Del relato del episodio histórico resulta que en el Antiguo Testamento sólo alguno era elegido por el Altísimo para la realización de sus designios. En este caso, uno solo de los 7 hijos de Jesé fue elegido y consagrado Rey de Israel.

En cambio, la revelación de Cristo y la enseñanza perenne de la Iglesia afirman que, en el Nuevo Testamento, la elección es universal: toda la humanidad y, por esto, cada uno de los hombres, es llamado y elegido en Cristo para participar de la misma vida divina mediante la gracia. ¡Así, pues, sentíos dichosos y estad agradecidos por haber no sólo conocido estas realidades divinas, sino por haber recibido la "unción" y la "consagración" mediante el Bautismo y la Confirmación! ¡Acordaos siempre de vuestra dignidad, de vuestra grandeza, de vuestra riqueza y comportaos de modo que también los demás puedan conocerla y vivirla!

4. Sin embargo, el pensamiento sobre el que pone más fuertemente el acento la liturgia de hoy es que Cristo es el Pastor de nuestras almas en cuanto nos abre los ojos para ver la luz de Dios.

El relato de la curación del ciego de nacimiento, como nos lo presenta el Evangelista Juan, es ciertamente una de las páginas más espléndidas del Evangelio. Sería necesario detenerse largamente para analizar los valores literarios, para saborear la composición, de la escena, para profundizar en la sicología de los diversos personajes, para seguir la dinámica de la acción, para descubrir su valor apologético, para meditar su mensaje doctrinal. Lo podréis hacer en vuestros encuentros de grupo, con comodidad y provecho; para este encuentro es suficiente una sola, pero fundamental, observación: Jesús realizó el llamativo milagro de la curación del ciego de nacimiento para demostrar su divinidad y la consiguiente necesidad de acoger su Persona y su mensaje.

El ciego, una vez curado, no sabe todavía quién es Jesús pero lo intuye, y contra la incredulidad de los judíos y el temor de sus mismos padres, afirma: "Jamás se oyó decir que nadie abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder". Cuando después Jesús le dice claramente que es el "Hijo del hombre", esto es, el Mesías, el Hijo de Dios, el ciego curado no tiene duda alguna e inmediatamente hace su profesión de fe: "Creo, Señor".

He aquí, pues, el significado, inmediato del milagro realizado por Jesús: El es verdaderamente Dios, el cual como pudo dar enseguida la vista a un ciego, mucho más puede dar la vista al alma, puede abrir los ojos interiores para que conozcan las verdades supremas que se refieren a la naturaleza de Dios y al destino del hombre. Por esto, la curación física del ciego, que luego es causa de su fe, se convierte en un símbolo de la conversión espiritual. De este modo Jesús vuelve a confirmar la verdad de las palabras que ya había pronunciado: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá luz de vida" (Jn 8, 12). Cristo es Buen Pastor porque es la luz de nuestras almas. No podemos menos de creer en El, seguirle, amarle, escucharle.

5. De la meditación de las lecturas de la liturgia de hoy debemos sacar ahora alguna conclusión práctica, que pueda servir en el camino ulterior de vuestra vida personal y parroquial.

Ante todo, tened siempre un profundo sentido de responsabilidad sobre vuestra fe cristiana. El relato evangélico nos hace comprender cuán preciosa es la vista de los ojos, pero cuánto más preciosa es aún la luz de la fe. Pero sabemos que esta fe exige firmeza y fortaleza, porque está siempre insidiada. Frente a la luz que es Cristo, hay a veces una actitud de abierta hostilidad, o de rechazo y de indiferencia, o también de crítica injusta y parcial.

Sentíos responsables de vuestra fe en la sociedad moderna en la que debéis vivir, cada uno en su puesto de vida y de trabajo, cada uno en el ámbito de sus relaciones de familia y de profesión. Y por esto, profundizad cada vez más en ella, con una catequesis sana, completa, metódica. A este propósito manifiesto mi viva satisfacción por la incansable y diligente obra de catequesis que se desarrolla en vuestra parroquia, para todas las edades y clases de personas. ¡Corresponded al celo de vuestros Pastores! ¡Conocer mejor la propia fe significa estimarla más, vivirla más intensamente, irradiarla con más eficaz testimonio!

6. Una segunda consecuencia práctica se puede sacar de la Carta de San Pablo a los cristianos de la ciudad de Éfeso.

"En otro tiempo erais tinieblas —escribía el Apóstol—, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz" (Ef 5, 8). La exhortación de San Pablo es siempre actual: "Buscad lo que agrada al Señor" (Ef 5, 10). "No toméis parte en las obras estériles de las tinieblas" (Ef 5, 11).

¡Sed luz también vosotros en vuestra parroquia, en vuestra ciudad, en vuestra patria! Sed luz, con la frecuencia asidua y convencida a la Santa Misa dominical y festiva; sed luz eliminando escrupulosamente las palabras soeces, la blasfemia, la lectura de diarios y revistas pornográficas, la visión de espectáculos negativos; sed luz con el ejemplo continuo de vuestra bondad y de vuestra fidelidad en todo lugar, pero especialmente en el ambiente privilegiado de la familia, recordando que "toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz".

7. Queridísimos:

El IV domingo de Cuaresma eleva nuestros pensamientos y nuestros corazones hacia Cristo que, al ofrecer su vida por los Hombres en la Pasión y en la Cruz, se revela el único Buen Pastor que abraza a todos y a cada uno, se cuida del verdadero bien de cada hombre y de la humanidad aquí, en la tierra, y, en definitiva, se cuida de nuestra salvación eterna.

¡Estemos dispuestos para seguir a Cristo por los caminos que El nos indica, también mediante la enseñanza de la Iglesia que El ha instituido!

¡Estemos dispuestos a sacar fuerza de las fuentes de la gracia, que El nos abre en la Iglesia mediante los sacramentos de la fe: Penitencia y Eucaristía!

¡Y, finalmente, estemos dispuestos a buscar en El el apoyo en todas las dificultades de nuestra vida y de nuestra conciencia!

¡No nos separemos nunca de El! ¡El es la luz del mundo!

 

 

LA SANTA MISA MATUTINA EN LA CAPILLA
DE LA DOMUS SANCTAE MARTAHE

 

TOCAR LAS LLAGAS DE JESÚS

 

Santo Padre Francisco. Homilía Santa Misa 3 de julio de 2013

 

Es necesario salir de nosotros mismos e ir por el camino del hombre para descubrir que las llagas de Jesús son todavía hoy visibles en el cuerpo de los hermanos que tienen hambre, sed, que están desnudos, humillados, esclavizados, que se encuentran en la cárcel y en el hospital. Tocando estas llagas, acariciándolas, es posible «adorar al Dios vivo en medio de nosotros».

La celebración de la fiesta de santo Tomás apóstol ofreció al Papa Francisco la ocasión de volver al concepto que le es de especial interés: tocar las llagas de Jesús. El gesto de Tomás que mete el dedo en las llagas de Jesús Resucitado fue el tema central de la homilía de la Santa Misa del miércoles 3 de julio de 2013.

Después de la Resurrección, dijo el Papa Francisco, Jesús se aparece a los apóstoles, pero Tomás no estaba allí: "quería que esperara una semana. El Señor sabe por qué hace las cosas. A cada uno de nosotros nos da el tiempo que Él piensa que es mejor para nosotros. A Tomás le ha concedido una semana. Jesús se presenta con sus llagas: todo su cuerpo estaba limpio, hermoso, lleno de luz -continuó el Santo Padre-, pero las llagas estaban y están todavía, y cuando el Señor vendrá, al final del mundo, nos enseñará sus llagas. Tomás, para creer, quería meter sus dedos en las llagas: era un testarudo. Pero el Señor quiso precisamente un testarudo para hacernos comprender algo más grande. Tomás vio al Señor, que le invitó a meter el dedo en la herida de los clavos, a poner su mano en el costado y no dijo: es verdad: el Señor ha resucitado. ¡No! Fue más allá. Dijo: ¡Señor mío y Dios mío! Es el primer discípulo que confiesa la la divinidad de Cristo después de la Resurrección...Y que le adora".

"Y así –dijo el Papa– se entiende cuál era la intención del Señor al hacerlo esperar: tomar su incredulidad para llevarla no a la afirmación de la Resurrección, sino la afirmación de su divinidad. El camino hacia el encuentro con Jesús-Dios son sus Llagas. No hay otro. En la historia de la Iglesia ha habido algunos errores en el camino hacia Dios. Algunos creían que al Dios viviente, al Dios de los cristianos, podemos encontrarlo en el camino de la meditación, e ir más lejos con la meditación. Eso es peligroso, ¿eh?¡Cuántos se pierden en ese camino y no llegan! Llegan sí, tal vez, al conocimiento de Dios, pero no de Jesucristo, Hijo de Dios, la segunda Persona de la Trinidad. A esto no llegan. Es el camino de los gnósticos, ¿no? Son buenos, trabajan, pero no es el camino correcto. Es muy complicado y no te lleva a buen puerto".

"Otros -dijo el Papa- pensaban que para llegar a Dios hay que ser mortificado y austero, y han elegido el camino de la penitencia: sólo la penitencia y el ayuno. Y ni siquiera estos llegaron al Dios vivo, a Jesucristo Dios vivo. Son los pelagianos, que creen que con su esfuerzo pueden llegar. Pero Jesús nos dice que la manera de encontrarle es encontrando sus Llagas, y las Llagas de Jesús las encontramos con las obras de misericordia, dando al cuerpo y al alma, sobre todo al cuerpo –subrayó el Papa–
de tu hermano llagado, porque tiene hambre, porque tiene sed, porque está desnudo, porque está humillado, porque es un esclavo, porque está en la cárcel, porque está en el hospital. Esas son las llagas de Jesús hoy. Y Jesús nos invita a dar un acto de fe, en Él, pero a través de estas llagas.

No es suficiente —añadió el Papa— constituir «una fundación para ayudar a todos», sería sólo un comportamiento filantrópico.

En cambio —dijo— "tenemos que tocar las llagas de Jesús, debemos acariciar las llagas de Jesús, tenemos que curar las llagas de Jesús con ternura, tenemos que besar las llagas de Jesús, y esto literalmente. Pensemos, ¿qué pasó con San Francisco, cuando abrazó al leproso? Lo mismo que a Tomás, que su vida cambió. Para tocar al Dios vivo -afirmó el Papa- no hay necesidad de hacer un curso de actualización, sino entrar en las llagas de Jesús, y para ello basta salir a la calle. Pidamos a Santo Tomás a gracia de tener el coraje para entrar en las llagas de Jesús con nuestra ternura y seguramente tendremos la gracia de adorar al Dios vivo".

 

 

Los  invitamos a leer y meditar el texto del libro digital de la colección Virgo Fidelis, que lleva por título "TEOLOGÍA DE LA CRUZ", escrito por Antonio Boggiano, desde las siguiente dirección de nuestro sitio Virgo Fidelis.

http://virgofidelis.info/Teologia.de.la.Cruz/Teologia.de.la.Cruz.pdf

Asimismo al iniciarse la el Tiempo de Cuaresma les invitamos a suscribirse al e-Curso "TEOLOGÍA DE LA CRUZ" que hemos diseñado con el contenido del libro digital, para lo cual sólo deben llenar un formulario con su nombre y su correo electrónico en la siguiente dirección:

http://VirgoFidelis.info/eCurso.htm

El e-Curso contiene 30 capítulos y un apéndice:

I.La Cruz de Cristo como realidad radical, última.
II."Tocar el mal en sus mismas raíces".
III.La materia misteriosa de nuestra propia vida.
IV.El dolor salvífico.
V.La Cruz de Cristo y la nuestra.
VI.El samaritano y la teología moral.
VII.La inteligibilidad de la palabra de Dios.
VIII.Ser para Dios y "ser de Dios".
IX."Dios se hizo pecado por nosotros".
X.El dolor como privación.
XI.Creer es tomar la Cruz. La opción final de la vida entera.
XII.La "opción final" del buen ladrón.
XIII.La salvación de las almas y la curación de los cuerpos.
XIV.Spes gloriae.
XV.La voluntad de Satanás y el poder de Dios.
XVI."Hago nuevas todas las cosas".
XVII.El dolor de Jesucristo en la Cruz.
XVIII.La distinción de los cristianos.
XIX.La indulgencia plenaria del Papa Juan XXIII.
XX."Lo que vimos y oímos"
XXI.Culpa y responsabilidad.
XXII.Status viatoris et mirabilis via.
XXIII.La Cruz de la Iglesia.
XXIV.La Cruz en los Sacramentos.
XXV.La Muerte de Cristo y la nuestra con Él.
XXVI.Una oración de Rahner.
XXVII.El olvido de la Cruz.
XXVIII."Estar con el Señor".
XXIX.La Resurrección: hecho histórico y meta-histórico.
XXX.Stabat Mater.
Apéndice. Benedicto XVI. Audiencia general. 29 de octubre de 2008


"Oh Madre mía, a vuestro Corazón confío las angustias de mi corazón, y a Él vengo a buscar ánimo y fortaleza ".

Santa Bernardita.

Video de la homilía del Papa Francisco en la Santa Misa del 3 de julio de 2013

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