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http://www.mariamediadora.com/Oracion/Newsletter813.htm

 

Oh María, Tú que has recorrido
el camino de la Cruz junto con tu Hijo,
quebrantada por el dolor en tu Corazón de madre,
pero recordando siempre el "fiat"
e íntimamente confiada en que Aquél para quien nada es imposible
cumpliría sus promesas,
suplica para nosotros y para los hombres de las generaciones futuras
la gracia del abandono en el Amor de Dios.
Haz que, ante el sufrimiento, el rechazo y la prueba,
por dura y larga que sea,
jamás dudemos de su Amor.
A Jesús, tu Hijo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R/.Amén.

Beato Juan Pablo II . IV Estación Via Crucis año 2000


EL CAMINO DE MARÍA

Edición 813 - Domingo 9 de marzo de 2014

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

"Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme" (Sal 50, 12).


Querido(a) suscriptor(a) de El Camino de María:

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En el primer Domingo de Cuaresma, la liturgia nos propone la página evangélica de las tentaciones de Jesús: «Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo» (Mateo 4, 1). La misión del Redentor comienza precisamente con su victoria sobre la triple insidia del príncipe del mal. «Apártate, satanás» (Marcos 4, 10). La actitud decidida de Jesucristo constituye para nosotros un ejemplo y una invitación a seguirlo con valiente determinación. El demonio, «príncipe de este mundo» (Juan 12, 31), continúa todavía hoy con su acción falaz. Todo hombre es tentado por la propia concupiscencia y el mal ejemplo de los demás, así como por el demonio, y es más tentado aún cuando menos lo percibe. Es necesario seguir siendo vigilantes para reaccionar con prontitud a todo ataque de la tentación.

 

 

En su alocución previa a la oración del Ángelus de este primer Domingo del Tiempo de Cuaresma el Santo Padre se refirió al episodio de las tentaciones de Jesús. Y afirmó que "el tentador trata de apartar al Señor del proyecto del Padre, es decir de la vía del sacrificio que implica ofrecerse a Sí mismo por amor en expiación, para hacerle tomar un camino fácil, de éxito y poder.


"El diablo -dijo Francisco- le presenta a Jesús las falsas esperanzas mesiánicas del bienestar económico, indicado por la posibilidad de transformar las piedras en pan; del estilo espectacular y milagrero, con la idea de arrojarse desde el punto más alto del templo de Jerusalén y hacerse salvar por los ángeles y, en fin, del atajo del poder y del dominio, a cambio de un acto de adoración a satanás".


"Pero Jesús -prosiguió explicando el Papa- rechaza decididamente todas estas tentaciones y reafirma la firme voluntad de seguir la vía establecida por el Padre, sin ningún compromiso con el pecado y con la lógica del mundo. De ahí que en sus respuestas a satanás, el Señor nos sostiene en la lucha contra la mentalidad mundana que abaja al hombre al nivel de las necesidades primarias, haciéndole perder el hambre de lo que es verdadero, bueno y bello, el hambre de Dios y de su amor."
 


"Jesús rechaza decididamente todas estas tentaciones y reafirma la firme voluntad de seguir la vía establecida por el Padre, sin ningún compromiso con el pecado y con la lógica del mundo.

Noten bien cómo responde Jesús: Él no dialoga con Satanás como había hecho Eva en el paraíso terrenal. Jesús sabe bien que con satanás no se puede dialogar. Por eso Jesús en vez de dialogar, como hizo Eva, elige de refugiarse en la Palabra de Dios y responde con la fuerza de esta Palabra.

Recordemos esto en el momento de nuestras tentaciones: ningún argumento con satanás, sino siempre defendidos por la Palabra de Dios, ¡y esto nos salvará!

En sus respuestas a satanás, el Señor nos recuerda ante todo que “no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4; Cfr. Dt 8, 3); y esto nos da fuerza, nos sostiene en la lucha contra la mentalidad mundana que abaja al hombre al nivel de las necesidades primarias, haciéndole perder el hambre de lo que es verdadero, bueno y bello, el hambre de Dios y de su amor.

 


Antes de rezar a la Madre de Dios el Santo Padre afirmó que el Tiempo de la Cuaresma es ocasión propicia para todos nosotros para realizar un camino de conversión, confrontándonos sinceramente con esta página del Evangelio. Y pidió que renovemos las promesas de nuestro Bautismo, renunciando a satanás y a todas sus obras y seducciones, para caminar por los senderos de Dios y llegar a la Pascua en la alegría del Espíritu.

 

 

Les informamos que hemos diseñado un libro digital con meditaciones del Beato Juan Pablo II que lleva por título: "PEREGRINANDO EN CUARESMA CON MARÍA SANTÍSIMA"

 

"...La Cuaresma, que se inicia con el austero y significativo rito de la imposición de las cenizas, constituye un momento privilegiado para intensificar un compromiso de conversión a Cristo. El itinerario cuaresmal se convertirá, de este modo, en ocasión propicia para examinarse a sí mismos con sinceridad y verdad, para volver a poner en orden la propia vida, así como las relaciones con los demás y con Dios. «Convertíos y creed en el Evangelio» (Marcos 1, 15). Que en este exigente camino espiritual nos apoye la Virgen, Madre de Dios. Que nos haga dóciles a la escucha de la Palabra de Dios, que nos empuja a la conversión personal y a la fraterna reconciliación. Que María nos guíe hacia el encuentro con Cristo en el misterio pascual de su Muerte y Resurrección." (Beato Juan Pablo II, Ángelus 22-2-2004)

 

El contenido de "PEREGRINANDO EN CUARESMA CON MARÍA SANTÍSIMA" lo pueden leer y/o imprimir desde la siguiente dirección:

http://www.mariamediadora.com/Cuaresma/

 

 

Los  invitamos a leer y meditar el texto del libro digital de la colección Virgo Fidelis, que lleva por título "TEOLOGÍA DE LA CRUZ", escrito por Antonio Boggiano, desde las siguiente dirección de nuestro sitio Virgo Fidelis.

http://virgofidelis.info/Teologia.de.la.Cruz/Teologia.de.la.Cruz.pdf

Asimismo al iniciarse la el Tiempo de Cuaresma les invitamos a suscribirse al e-Curso "TEOLOGÍA DE LA CRUZ" que hemos diseñado con el contenido del libro digital, para lo cual sólo deben llenar un formulario con su nombre y su correo electrónico en la siguiente dirección:

http://VirgoFidelis.info/eCurso.htm

El e-Curso contiene 30 capítulos y un apéndice:

I.La Cruz de Cristo como realidad radical, última.
II."Tocar el mal en sus mismas raíces".
III.La materia misteriosa de nuestra propia vida.
IV.El dolor salvífico.
V.La Cruz de Cristo y la nuestra.
VI.El samaritano y la teología moral.
VII.La inteligibilidad de la palabra de Dios.
VIII.Ser para Dios y "ser de Dios".
IX."Dios se hizo pecado por nosotros".
X.El dolor como privación.
XI.Creer es tomar la Cruz. La opción final de la vida entera.
XII.La "opción final" del buen ladrón.
XIII.La salvación de las almas y la curación de los cuerpos.
XIV.Spes gloriae.
XV.La voluntad de Satanás y el poder de Dios.
XVI."Hago nuevas todas las cosas".
XVII.El dolor de Jesucristo en la Cruz.
XVIII.La distinción de los cristianos.
XIX.La indulgencia plenaria del Papa Juan XXIII.
XX."Lo que vimos y oímos"
XXI.Culpa y responsabilidad.
XXII.Status viatoris et mirabilis via.
XXIII.La Cruz de la Iglesia.
XXIV.La Cruz en los Sacramentos.
XXV.La Muerte de Cristo y la nuestra con Él.
XXVI.Una oración de Rahner.
XXVII.El olvido de la Cruz.
XXVIII."Estar con el Señor".
XXIX.La Resurrección: hecho histórico y meta-histórico.
XXX.Stabat Mater.
Apéndice. Benedicto XVI. Audiencia general. 29 de octubre de 2008

 
 

LAS TENTACIONES DE CRISTO EN EL DESIERTO

Homilía en la Santa Misa del 1er. Domingo de Cuaresma.

1 de marzo de1998

 

Queridos hermanas y hermanos:

1.«Jesús (...) fue llevado por el Espíritu al desierto, y tentado allí por el diablo durante cuarenta días» (Lc 4, 1-2). Antes de comenzar su actividad pública, Jesús, llevado por el Espíritu Santo, se retira al desierto durante cuarenta días. Allí, como leemos hoy en el Evangelio, el diablo lo pone a prueba, presentándole tres tentaciones comunes en la vida de todo hombre: el atractivo de los bienes materiales, la seducción del poder humano y la presunción de someter a Dios a los propios intereses.

La lucha victoriosa de Jesús contra el tentador no termina con los días pasados en el desierto; continúa durante los años de su vida pública y culmina en los acontecimientos dramáticos de la Semana Santa. Precisamente con su muerte en la Cruz, el Redentor triunfa definitivamente sobre el mal, liberando a la humanidad del pecado y reconciliándola con Dios. Parece que San Lucas quiere anunciar, ya desde el comienzo, el cumplimiento de la salvación en el Gólgota. En efecto, concluye la narración de las tentaciones mencionando a Jerusalén, donde precisamente se sellará la victoria pascual de Jesús.

La escena de las tentaciones de Cristo en el desierto se renueva cada año al comienzo de la Cuaresma. La liturgia invita a los creyentes a entrar con Jesús en el desierto y a seguirlo en el típico itinerario penitencial de este tiempo cuaresmal, que ha comenzado el miércoles pasado con el austero rito de la ceniza.

2.«Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás» (Rm 10, 9).  Las palabras del apóstol Pablo, que acabamos de escuchar, ilustran bien el estilo y las modalidades de nuestra peregrinación cuaresmal. ¿Qué es la penitencia sino un regreso humilde y sincero a las fuentes de la fe, rechazando prontamente la tentación y el pecado, e intensificando la intimidad con el Señor en la oración?

En efecto, sólo Cristo puede liberar al hombre de lo que lo hace esclavo del mal y del egoísmo: de la búsqueda ansiosa de los bienes materiales, de la sed de poder y dominio sobre los demás y sobre las cosas, de la ilusión del éxito fácil, y del frenesí del consumismo y el hedonismo que, en definitiva, perjudican al ser humano.

Queridos hermanos y hermanas, esto es lo que nos pide claramente el Señor para entrar en el clima auténtico de la Cuaresma. Quiere que en el desierto de estos cuarenta días aprendamos a afrontar al enemigo de nuestras almas, a la luz de su palabra de salvación. Pidamos al Espíritu Santo que vivifique nuestra oración, para que estemos dispuestos a afrontar con valentía la incesante lucha de vencer el mal con el bien.

3.«Entonces clamamos al Señor (...), y el Señor escuchó nuestra voz» (Dt 26, 7). La profesión de fe del pueblo de Israel, narrada en la primera lectura, presenta el elemento fundamental alrededor del cual gira toda la tradición del Antiguo Testamento: la liberación de la esclavitud de Egipto y el nacimiento del pueblo elegido.

La Pascua de la antigua Alianza constituye la preparación y el anuncio de la Pascua definitiva, en la que se inmolará el Cordero que quita el pecado del mundo.

Queridos hermanos y hermanas, al comienzo del itinerario cuaresmal volvemos a las raíces de nuestra fe para prepararnos, con la oración, la penitencia, el ayuno y la caridad, a participar con corazón renovado interiormente en la Pascua de Cristo.

Que la Virgen Santísima nos ayude en esta Cuaresma a compartir con dignos frutos de conversión el Camino de Cristo, desde el desierto de las tentaciones hasta Jerusalén, para celebrar con Él la Pascua de nuestra redención.

Juan Pablo II


 

 

10 IDEAS EXTRACTADAS DEL

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO  PARA LA CUARESMA

"Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza" (cfr. 2 Cor 8, 9)

 

La pobreza de Cristo es, para Francisco, una pobreza que “libera y enriquece” y muestra su “confianza ilimitada en Dios Padre”. “Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos; podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo”, afirma el Papa, citando al escritor francés Léon Bloy.  En este texto, Francisco también alerta contra tres tipos de miseria: “miseria material, moral y espiritual”, que aquejan al ser humano.

Resumimos a continuación las ideas principales del mensaje cuaresmal:



La pobreza de Cristo



1.“Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: ‘Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…’. Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre”.

2.“Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El Amor de Cristo no es esto!”.

3.“Cuando Jesús entra en las aguas del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria”.

4.“Cuando Jesús nos invita a tomar su ‘yugo llevadero’, nos invita a enriquecernos con esta ‘rica pobreza’ y ‘pobre riqueza’ suyas, a compartir con Él su espíritu filial y fraterno, a convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano Primogénito (cfr Rom 8, 29)”.



El testimonio de los creyentes



5.“La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo”.

6.“Los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza”.

7.“La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad (…) Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir”.

8.“No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! (…) Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud”.

9.“Esta forma de miseria [moral], que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su Amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso”.

10.“La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”.

 


"Oh Madre mía, a vuestro Corazón confío las angustias de mi corazón, y a Él vengo a buscar ánimo y fortaleza ".

Santa Bernardita.

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