Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
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“¡Queridos hijos! También hoy los
invito a la oración. Que vuestra oración se haga tan fuerte como
piedra viva, hasta que con sus vidas se conviertan en testigos.
Testimonien la belleza de su fe. Yo estoy con ustedes e intercedo
ante mi Hijo por cada uno de ustedes. Gracias por haber respondido a
mi llamado.”
Nuestra Señora de Medjugorje
25-Ene-2013
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327)
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Edición 728
AÑO DE LA FE
20/1-26/1 de 2013
"La fe es ante todo
una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e
inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha
revelado. En cuanto adhesión personal a Dios y asentimiento a la verdad
que Él ha revelado, la fe cristiana difiere de la fe en una persona
humana. Es justo y bueno confiarse totalmente a Dios y creer
absolutamente lo que Él dice. Sería vano y errado poner una fe semejante
en una criatura"
(Catecismo de la Iglesia Católica, 150)
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste al Beato Juan Pablo II
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia
peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también
responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana,
convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en
ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que
te dignes glorificar al Beato Juan Pablo II y que me concedas por su intercesión el favor que te
pido... (pídase).
A Tí, Padre Omnipotente, origen del
cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y
de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo,
alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
"Oh Madre mía, a vuestro Corazón confío las angustias
de mi corazón,
y a él vengo a buscar ánimo y fortaleza ".
Santa Bernardita.
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Monumento en honor a La Divina Misericordia
localizado en el Camino Portugués del Camino de Santiago
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Querido/a Suscriptor/a de
"El Camino de María"
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”Creo en un solo Dios”, el primer artículo de
la profesión de fe que acompaña la vida de los creyentes, ha
sido el tema de la catequesis de Benedicto XVI durante la
Audiencia general de esta semana. Esa frase es
“una afirmación fundamental, aparentemente sencilla en su
esencialidad, pero que abre al mundo infinito de la relación
con el Señor y con su misterio. Creer en Dios implica
adhesión, acogida y obediencia; (...) es un acto personal y
una respuesta libre. Decir “Creo” es un don y (...) una
responsabilidad; es una experiencia de diálogo con Dios que
,por amor, “nos habla como amigos”.
¿Cómo escuchar la voz de Dios que nos habla?
“Fundamentalmente -ha dicho el Papa- en la Sagrada
Escritura, (...) que nos habla de fe y nos narra una una
historia en la que Dios cumple su proyecto de redención y se
acerca a los hombres, a través de (...) personas que creen y
confían”. Una de ellas es Abraham, la “primera figura de
referencia para hablar de fe en Dios”. Abraham, que fue
capaz de salir de su tierra confiando sólo en Dios y su
promesa, es considerado el “padre de todos los creyentes”
(...) La suya fue “una partida en la oscuridad; (...) pero
la oscuridad de lo ignoto (...) estaba iluminada por la luz
de una promesa(...). En el proyecto divino estaba destinado
a ser padre de una multitud de pueblos y a entrar en una
nueva tierra donde habitar”.
“La fe -ha continuado el Santo Padre- lleva a
Abraham a recorrer un camino paradójico: será bendecido pero
sin los signos visibles de la bendición: recibe la promesa
de dar vida a un gran pueblo, pero con una vida marcada por
la esterilidad de su mujer, Sara; es conducido a una nueva
patria pero vivirá en ella como un extranjero” y sin
embargo, “Abraham es bendecido porque, con la fe, sabe
discernir la bendición divina yendo más allá de las
apariencias, confiando en la presencia de Dios incluso
cuando sus caminos resultan misteriosos”.
Por eso, “cuando afirmamos : "Creo en Dios", decimos,
como Abraham: "Me fío de Ti, confío en Ti, Señor" (...)
Decir "Creo en Dios" significa fundar en Él mi vida, dejar
que su Palabra la oriente cada día en las opciones
concretas, sin temor de perder algo de mí mismo (...)
Abraham, el creyente, nos enseña la fe, y, como extranjero
en una tierra que no es la suya, nos muestra la verdadera
patria. La fe nos hace peregrinos en la tierra, insertados
en el mundo y en la historia, pero en camino hacia la patria
celestial. Por lo tanto, creer en Dios nos hace portadores
de valores que a menudo no coinciden con la moda y las
opiniones del momento. (...) En muchas sociedades, Dios se
ha convertido en el "gran ausente" y en su lugar hay muchos
ídolos, en primer lugar el deseo de poseer y el “yo"
autónomo. E incluso los progresos, notables y positivos de
la ciencia y la tecnología han dado a los seres humanos una
ilusión de omnipotencia y autosuficiencia, y un creciente
egocentrismo ha creado muchos desequilibrios en las
relaciones entre las personas y en el comportamiento
social”.
“Y, sin embargo -ha subrayado el Papa- la sed de
Dios no se ha extinguido y el mensaje del Evangelio sigue
resonando a través de las palabras y las obras de muchos
hombres y mujeres de fe. Abraham, el padre de los creyentes,
sigue siendo el padre de muchos hijos que están dispuestos a
seguir sus pasos y se ponen en camino obedeciendo a la
llamada divina, confiando en la presencia benevolente del
Señor y acogiendo su bendición para transformarse en
bendición para todos. Es el mundo bendecido por la fe, al
que todos estamos llamados, para caminar sin miedo siguiendo
al Señor Jesucristo”.
Decir "Creo en Dios" nos conduce, entonces, “a partir, a
salir continuamente de nosotros mismos al igual que Abraham,
para llevar a la realidad cotidiana en que vivimos la
certeza que viene de la fe: es decir, la certeza de la
presencia de Dios en la historia, también hoy, una presencia
que da vida y salvación”.
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Le invitamos a ver y a escuchar al Papa en un video de una
duración de 2:05 en el cual hace un breve resumen en español
de la catequesis mencionada:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=CTyFH3v15Bs
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¿QUE QUIERE DECIR "CREER"?
"Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su Voluntad (cf. Ef 1, 9); mediante el cual los hombres, por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina." (cf. Ef 2, 18; 2 Pe1, 4)... " (Dei Verbum, 2).
«"Cuando Dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe" (cf. Rom 16, 26; comp. con Rom1, 5; 2 Cor 10, 5-6). Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el "homenaje total de su entendimiento y voluntad" (Conc. Vat. I, Dei Filius, 3), asintiendo libremente a los que Dios le revela» (Dei Verbum, 5).
En estas palabras del documento conciliar se contiene la respuesta a la pregunta: ¿Qué significa "creer"? La explicación es concisa, pero condensa una gran riqueza de contenido. Deberemos en lo sucesivo penetrar más ampliamente en esta explicación del Concilio, que tiene un alcance equivalente al de una definición técnica, por así decirlo.
Ante todo hay una cosa obvia: existe un genético y orgánico vínculo entre nuestro "Credo" cristiano y esa particular "iniciativa" de Dios mismo, que se llama "Revelación".
Por esto, la catequesis sobre el "Credo" (la fe), hay que realizarla juntamente con la de la Revelación Divina. Lógica e históricamente la Revelación precede a la fe. La fe está condicionada por la Revelación. La fe es la respuesta del hombre a la Divina Revelación.
Digamos desde ahora que esta respuesta es posible y justo darla, porque Dios es creíble. Nadie lo es como El. Nadie como El posee la autoridad de la verdad. En ningún caso como en la fe en Dios se realiza el valor conceptual y semántico de la palabra tan usual en el lenguaje humano: "Creo", "Te creo".
Beato Juan Pablo II. Audiencia General . 13 de marzo de 1985
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