Cum
Maria contemplemur Christi vultum!
Os he
escogido hoy, María, en presencia de toda la Corte Celestial,
como mi Madre y mi Reina. Os consagro, con toda sumisión y amor, mi cuerpo
y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y el valor de mis buenas
acciones pasadas, presentes y futuras, dándoos entero y pleno derecho de
disponer de mí y de todo lo que me pertenece, sin excepción, según vuestra
Voluntad, para mayor gloria de Dios, para siempre, hasta la Eternidad.
San Luis María Grignion de Montfort
"Ofrezco
a los hombres un Recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese Recipiente es esta Imagen con la
firma: JESÚS, EN TI CONFÍO" (Diario, 327
Edición 318
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
12 de octubre de 2007
Dios todopoderoso y eterno,
que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a
cuantos la invocan con la secular advocación de Nuestra Señora del Pilar;
concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la
esperanza y constancia en el amor.
TOTUS TUUS
Soy todo tuyo y todas mis cosas Te
pertenecen. Te pongo al centro de mi vida. Dame tu Corazón, oh María.
Soy
todo tuyo, María
Madre de nuestro Redentor
Virgen Madre de Dios, Virgen piadosa. Madre del Salvador del mundo.
Amen.
A Ti, te
confiamos nuestro camino por el nuevo milenio
A Ti, Aurora de la
salvación, te confiamos nuestro camino por el nuevo milenio, para que
bajo tu guía todos los hombres descubran a Cristo, Luz del mundo y
único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los
siglos de los siglos. Amén.
(Acta de confianza de
Juan-Pablo II al alba del III milenio, en presencia de 1.500 obispos,
en Roma, el 8 de octubre, 2000)
Oh Dios Padre
Misericordioso,
que por
mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la
Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo,
concediste a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei,
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia
peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también
responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana,
convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en
ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que
te dignes glorificar a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum
Dei, y que me concedas por su intercesión el favor que te
pido... (pídase). A Tí, Padre Omnipotente, origen del
cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y
de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo,
alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
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ORACIÓN A LA VIRGEN SANTÍSIMA DEL PILAR
Doy
fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra
española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen Santísima
del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia
en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas.
¡Dios te salve, María, Madre
de Cristo y de la Iglesia!
¡Dios te salve, vida,
dulzura y esperanza nuestra!
A tus cuidados confío las necesidades
de todas las familias, las alegrías de los niños, la ilusión de
los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el
sereno atardecer de los ancianos.
Te encomiendo la fidelidad y abnegación de
los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese
ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y
solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos
trabajan por el Reino de Cristo.
En tus manos pongo la fatiga de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que
transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de
quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de
quienes con su inteligencia buscan la verdad.
En tu Corazón Inmaculado dejo los anhelos
de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la
prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y
forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la
milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano
prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura
convivencia.
Virgen Santísima del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra
esperanza, aviva nuestra caridad.
Socorre a los que padecen desgracias, a los
que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo.
Fortalece a los débiles
en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a
Dios.
Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres.
Asiste maternalmente, oh María a
cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea.
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Querido/a Suscriptor/a de
"El Camino de María"
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Con la
Oración de Juan Pablo II a la
Virgen Santísima de Pilar, cuya
festividad celebramos esta semana,
presentamos la Edición N. 318 de
"El Camino de
María", Newsletter Semanal con
Textos para hacer
oración con la Madre del Redentor.
La Santísima
Virgen del Pilar de Zaragoza
es el primer Templo Mariano de la Cristiandad. De acuerdo con la
Tradición,
el día 2 de enero del año 40, la Virgen Santísima se
apareció en carne mortal al Apóstol Santiago y a un grupo de
los primeros convertidos que se hallaban orando a orillas del Ebro. Ahí
les manifestó su deseo de que se le diese culto para siempre
en aquel lugar. A partir de ese momento Santiago y sus compañeros construyeron una
Capilla. Conviene subrayar que, a diferencia
de las apariciones Marianas, se trata de una venida de
Nuestra Señora singular y única en la historia, ya que tuvo lugar cuando
María Santísima vivía entre nosotros.
El Papa Clemente XII
estableció la fecha del 12 de Octubre para la festividad de
la Virgen Santísima del Pilar.
Más información la puede obtener en el
sitio administrado por las Siervas de los Corazones
Traspasados de Jesús y María en la siguiente dirección:
www.corazones.org/maria/pilar.htm
"...María
vive mirando a Cristo y tiene en cuenta cada una de sus
palabras: «Guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su
corazón» (Lc 2, 19; cf. 2, 51). Los recuerdos de Jesús,
impresos en su alma, la han acompañado en todo momento,
llevándola a recorrer con el pensamiento los distintos episodios
de su vida junto al Hijo. Han sido aquellos recuerdos los que
han constituido, en cierto sentido, el 'Rosario' que Ella ha
recitado constantemente en los días de su vida terrenal.
Y también ahora, entre los cantos de alegría de la Jerusalén
celestial, permanecen intactos los motivos de su acción de
gracias y su alabanza. Ellos inspiran su materna solicitud hacia
la Iglesia peregrina, en la que sigue desarrollando la trama de
su 'papel' de evangelizadora. María propone continuamente a los
creyentes los 'misterios' de su Hijo, con el deseo de que sean
contemplados, para que puedan derramar toda su fuerza salvadora.
Cuando recita el Rosario, la comunidad cristiana está en
sintonía con el recuerdo y con la mirada de María..."
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Invitamos
a todos los suscriptores de El Camino de María,
y a todos sus amigos y conocidos, a descargar gratuitamente a
su computadora el último libro digital de la Colección Virgo
Fidelis, que lleva por título LA ORACIÓN DEL SEÑOR,
desde la siguiente dirección de nuestro sitio VirgoFidelis.com.ar
http://virgofidelis.com.ar/paFileDB/pafiledb.php?action=file&id=44
El libro LA ORACIÓN
DEL SEÑOR, contiene el prefacio del libro JESUS DE
NAZARET, escrito por el Santo Padre Benedicto XVI, y
reflexiones sobre el Capítulo V de dicho libro, escritas por
Antonio Boggiano.
En sus reflexiones
sobre LA ORACIÓN DEL SEÑOR, el autor expresa:
"...El
Señor nos enseña como tenemos que hablarle. Al hacerlo nos
enseña a conocerlo porque, según entiendo, el hablar con
Dios establece una relación entre el hombre y Dios. En este
hablar con Dios y oir la palabra de Dios (...),se establece,
con todas sus vicisitudes, una relación, una comunicación,
un contacto y, en cierto modo, una unión . (...). El
hombre quiere hablar con Dios, busca ese diálogo. Porque
quiere orientar su vida al bien, a Dios. Implica un deseo de
perfección, decían los clásicos. Quiere preguntarle a
Dios cómo debe orientar su vida. “¿adónde iremos?”.
Ello implica una tácita voluntad de conformidad con la
voluntad de Dios..."
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Imploremos la bendición y
protección de Nuestra Señora del Pilar, con el siguiente
himno de honor y alabanza:
Virgen
Santa, Madre mía.
Luz hermosa, claro día.
Que la tierra aragonesa
Te dignaste visitar,
Este pueblo que te adora,
De tu amor favor implora,
Y te aclama y te bendice
Abrazada a tu Pilar.
Pilar sagrado
Faro esplendente,
Rico presente
De caridad,
Pilar bendito
Trono de gloria.
Tú a la victoria
Nos llevarás.
Cantad, cantad
Himnos de honor y alabanza
A la Virgen del Pilar.
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Marisa y
Eduardo
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