EL CAMINO DE MARÍA

Edición  nro. 180

Edición especial dedicada a contemplar a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

   Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir,
conservar y meditar la Palabra de Dios!: H
az que también nosotros, en medio de las  dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana.

María es mi Madre!


Bajo su manto me amparo, con sus frutos me alimento, con el Pan Eucarístico que me proporciona.

Ella es mi Madre!

Me arrojo en sus brazos y Ella me estrecha contra su corazón. La escucho y su palabra me instruye. La miro y su belleza me alumbra.

Ella es mi Madre!

Si estoy débil me sostiene, la invoco y su bondad me atiende. Si enfermo me sana, si muerto por el pecado me da la vida de la gracia.

Ella es mi Madre!

 En la lucha me socorre, en la tentación me auxilia, en la angustia me consuela, en el trabajo me sostiene, en la agonía me acompaña.

Ella es mi Madre!

Cuando voy a Jesús, me conduce, cuando llego a sus pies, me presenta.Cuando le pido favores, me protege.

Ella es mi Madre!

Si soy constante en mi súplica, me escucha. Si la visito me atiende.
En la vida me guía al cielo y en la muerte recibiré de sus manos la eterna corona.

Ella es mi Madre!

Que buena es María, que dulce y hermosa es!

Ella es mi Madre!

Nuestra Señora del Santísimo Sacramento.
Ruega por nosotros
!

¯¯¯

Oh Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, nuestro Redentor, y de su Madre, la Bienaventurada Virgen María, y la acción del Espíritu Santo, concediste a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei,  la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio de la Iglesia peregrina, de los hijos e hijas de la Iglesia y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Te ruego que te dignes glorificar a tu Siervo Juan Pablo II, Servus Servorum Dei, y que me concedas por su intercesión el favor que te pido... (pídase).  A Tí, Padre Omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el que vive, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu Santo que santifica el universo, alabanza, honor y gloria ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

 ¯¯¯

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN 

Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios.

 Yo os prometo, Virgen Purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor.

 Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén

Queridos Suscriptores de "El Camino de María"

Con la Oración de Consagración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, cuya fiesta celebramos el 27 de noviembre, comenzamos esta edición especial de El Camino de María.

Entre las medallas marianas destaca, por su extraordinaria difusión, la denominada "Medalla Milagrosa". Tuvo su origen en las apariciones de la Virgen María, en 1830, a una humilde novicia de las Hijas de la Caridad, la futura Santa Catalina Labouré. La Medalla, acuñada conforme a las indicaciones de la Santísima Virgen a la Santa, ha sido llamada "microcosmos mariano" a causa de su rico simbolismo: recuerda el misterio de la Redención, el amor del Corazón de Cristo y del Corazón doloroso de Maria, la función mediadora de la Virgen, el misterio de la Iglesia, la relación entre la tierra y el cielo, entre la vida temporal y la vida eterna.

El mensaje principal de estas apariciones ocurridas el 18 de julio y el 27 de noviembre de dicho año fue presentar al mundo una medalla en que la Virgen aparece como Inmaculada, Reina, Corredentora y Mediadora de las Gracias. La Santísima Virgen en persona presentó a Sor Catalina el modelo de esta medalla:


"Haz, haz acuñar una medalla según este modelo; todas las personas que la llevarán consigo, recibirán grandes gracias,
especialmente llevándola en el cuello; las gracias serán abundantes
para las personas que la lleven consigo con confianza".


Mirando atentamente y con devoción la Medalla descubriremos en sus dos caras (que se complementan)  el mensaje esencial del misterio de la salvación y el signo de la protección maternal de María.

 

 

ANVERSO DE LA MEDALLA: María Inmaculada, Madre de los hombres. María, mensajera de la ternura de Dios, se muestra en pie. Viene hacia nosotros con las manos abiertas y en actitud de acogida. María es la sin pecado. Por eso aplasta la cabeza de la serpiente. Se lee una oración "Oh María sin pecado concebida rogad por nosotros que recurrimos a vos". Nos da a conocer que es la Inmaculada Concepción.

 



REVERSO DE LA MEDALLA: El proyecto de amor de Dios hacia los hombres. La M coronada por la Cruz: María esta íntimamente unida al misterio de la Pasión y de la Cruz de su Hijo, desde el Pesebre hasta el Calvario. Dos corazones: el de Jesús y el de María, representan la fuerza del amor que llega hasta la entrega total. María entró plenamente en ese Misterio de Amor de nuestra redención. Doce estrellas: Jesús estableció su Iglesia sobre el fundamento de Pedro y sus Apóstoles.

Un nuevo impulso para la difusión de la "Medalla Milagrosa" vino de San Maximiliano María Kolbe (+1941) y de los movimientos que inició o que se inspiraron en él. En 1917 adoptó la "Medalla Milagrosa" como distintivo de la Pía Unión de la Milicia de la Inmaculada, fundada por él en Roma, cuando era un joven religioso de los Hermanos Menores Conventuales.

"...La "Medalla Milagrosa", como el resto de las medallas de la Virgen y otros objetos de culto, no es un talismán ni debe conducir a una vana credulidad. La promesa de la Virgen, según la cual "los que la lleven recibirán grandes gracias", exige de los fieles una adhesión humilde y tenaz al mensaje cristiano, una oración perseverante y confiada, una conducta coherente." (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 206)

"...La Iglesia bendice estos objetos de piedad mariana, recordando que sirven para rememorar el amor de Dios y para aumentar la confianza en la Virgen María, pero advierte que los creyentes no deben olvidar que la devoción a la Madre de Jesús exige sobre todo "un testimonio coherente de vida". (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 206)
 

Les recordamos que como un aporte para ayudar a nuestras meditaciones de los domingos de Adviento y de los días de la Novena de la Inmaculada, hemos preparado un libro digital titulado: LA VIRGEN MARÍA Y EL ADVIENTO.  El contenido es el siguiente:

ADVIENTO TIEMPO DE PREPARACIÓN

I - EL ADVIENTO
II - LA REALIDAD DEL HOMBRE
III - PORQUÉ VIENE EL SEÑOR
IV - EL SEÑOR ESTÁ CERCA
 

NOVENA DE LA INMACULADA

I - MARÍA MADRE DE DIOS
II - MARÍA MADRE DE LA IGLESIA
III - MARÍA REINA DE LOS APÓSTOLES
IV - MARÍA MODELO Y GUÍA DE FE
V - MARÍA MADRE DE MISERICORDIA
VI - MARÍA VIRGEN FIEL, "VIRGO FIDELIS"
VII - MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS
VIII - MARÍA REINA DEL SANTO ROSARIO
IX- MARÍA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA

I -   LA INMACULADA CONCEPCIÓN
II -  MARÍA INMACULADA REDIMIDA POR PRESERVACIÓN
III -  EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
IV -150 AÑOS DE LA PROCLAMACIÓN DEL DOGMA
V - HOMENAJE A LA INMACULADA EN LA PLAZA DE ESPAÑA
 

Le invitamos a descargar a su computadora el libro digital desde la siguiente dirección de nuestro sitio Virgo Fidelis

http://virgofidelis.com.ar/paFileDB/pafiledb.php?action=file&id=26

Recurramos confiadamente a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en todos los momentos de nuestra vida porque es nuestra Madre, conoce nuestras necesidades mejor que nosotros, y es tan poderosa con su Hijo Jesús que tiene su Omnipotencia en sus manos. Roguémosle, por lo tanto, que hable a Jesucristo en favor nuestro, con la Oración de la Santa Misa de la festividad de María Mediadora: "Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés delante del Señor, de decirle cosas buenas de mí." 

Pidámosle también  que nos guíe en nuestro caminar en este Adviento, con la oración inscripta en la Medalla:

Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

  ¯¯¯

Marisa y Eduardo

ORACIÓN DEL SIERVO DE DIOS JUAN PABLO II

 

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA 

 31 de mayo de  1980

    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA 

 

Oh María sin pecado concebida,

ruega por nosotros que recurrimos a Vos.

Esta es la oración que tú inspiraste, oh María, a santa Catalina Labouré, y esta invocación, grabada en la medalla la llevan y pronuncian ahora muchos fieles por el mundo entero.

¡Bendita tú entre todas las mujeres! ¡Bienaventurada tú que has creído! ¡El Poderoso ha hecho maravillas en Ti! ¡La maravilla de tu maternidad divina! Y con vistas a ésta, ¡la maravilla de tu Inmaculada Concepción! ¡La maravilla de tu fiat! ¡Has sido asociada tan íntimamente a toda la obra de nuestra redención, has sido asociada a la Cruz de nuestro Salvador!

Tu Corazón fue traspasado junto con su Corazón. Y ahora, en la gloria de tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. Velas sobre la Iglesia de la que eres Madre. Velas sobre cada uno de tus hijos. Obtienes de Dios para nosotros todas esas gracias que simbolizan los rayos de luz que irradian de tus manos abiertas. Con la única condición de que nos atrevamos a pedírtelas, de que nos acerquemos a Ti con la confianza, osadía y sencillez de un niño. Y precisamente así nos encaminas sin cesar a tu Divino Hijo.

Te consagramos nuestras fuerzas y disponibilidad para estar al servicio del designio de salvación actuado por tu Hijo. Te pedimos que por medio del Espíritu Santo la fe se arraigue y consolide en todo el pueblo cristiano, que la comunión supere todos los gérmenes de división que la esperanza cobre nueva vida en los que están desalentados. Te pedimos por los que padecen pruebas particulares, físicas o morales, por los que están tentados de infidelidad, por los que son zarandeados por la duda de un clima de incredulidad, y también por los que padecen persecución a causa de su fe.

Te confiamos el apostolado de los laicos, el ministerio de los sacerdotes, el testimonio de las religiosas.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Los Libros Digitales de la Colección Virgo Fidelis han sido compilados con el programa   Easy Ebook Creator.