CORAZÓN DE JESÚS, GENEROSO PARA TODOS LOS QUE TE INVOCAN

 

 

Meditación décimo-octavo día 

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

 

Las 12 Promesas de Nuestro Señor a los devotos de su Sagrado Corazón

 

 

 

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

CATEQUESIS DEL PAPA JUAN PABLO II

CORAZÓN DE JESÚS, GENEROSO PARA TODOS LOS QUE TE INVOCAN

Ángelus, 3 de agosto de 1986

 "...Mediante esta generosidad el amor no se agota, sino que crece. Crece constantemente. Esta es la naturaleza misteriosa del amor. Y este es también el misterio del Corazón de Jesús, que es generoso para con todos. Se abre a todos y cada uno. Se abre completamente por sí mismo. Y en esta generosidad no se agota. La generosidad del Corazón da testimonio de que el amor no está sometido a las leyes de la muerte, sino a las leyes de la resurrección y la vida. Da testimonio de que el amor crece con el amor. Esta es su naturaleza..."

 CORAZÓN DE JESÚS, GENEROSO CON QUIENES TE INVOCAN

 
 
Queridos hermanos y hermanas:

1. Nos recogemos hoy durante la oración del Ángelus para recordarte, oh Madre de Cristo, el acontecimiento que tuvo lugar en Caná de Galilea.
Esto ocurrió al comienzo de la actividad mesiánica. Jesús había sido invitado, contigo y sus primeros discípulos, a las bodas. Y cuando faltó el vino, Tú, María, dijiste a Jesús: Hijo, "no tienen vino" (Jn 2,3). Tú conocías su Corazón. Sabías que es generoso para aquellos que lo invocan. Con tu oración en Caná de Galilea hiciste que el Corazón de Jesús se revelase en su generosidad.

2. Este es el Corazón generoso, puesto que en El habita efectivamente la plenitud. En Cristo verdadero hombre habita la plenitud de la divinidad,  y Dios es amor. Es generoso porque ama, y amar quiere decir prodigar, quiere decir dar. Amar quiere decir ser don; quiere decir ser para los demás ser para todos, ser para cada uno. Para cada uno que llama. Llama a veces, incluso sin palabras. Llama por el hecho de poner al descubierto todo su verdad, y, en esta verdad, llama al Amor.

La verdad tiene la fuerza de llamar al amor. Mediante la verdad todos aquellos que son "pobres de espíritu", que "tienen hambre y sed de justicia" que, ellos mismos, "son misericordiosos" tienen la fuerza de llamar al amor.
Todos ellos -y tantos otros más- tienen un maravilloso "poder" sobre el Amor. Todos ellos hacen que el Amor se comunique, se dé y se manifieste así la generosidad del Corazón. Entre todos ellos, Tú, María, eres la primera.

3. ¡Corazón de Jesús, generoso para todos lo que te invocan! Mediante esta generosidad el amor no se agota, sino que crece. Crece constantemente. Esta es la naturaleza misteriosa del amor. Y este es también el misterio del Corazón de Jesús, que es generoso para con todos. Se abre a todos y cada uno. Se abre completamente por sí mismo. Y en esta generosidad no se agota. La generosidad del Corazón da testimonio de que el amor no está sometido a las leyes de la muerte, sino a las leyes de la resurrección y la vida. Da testimonio de que el amor crece con el amor. Esta es su naturaleza.

4.De esta verdad sobre el amor dio testimonio en nuestros tiempos Pablo VI. Su corazón humano cesó de latir hace ocho años, en la fiesta de la Transfiguración del Señor. Su humilde sucesor hace suya la misma verdad sobre el amor, que el difunto Pontífice proclamó con la palabra y con la vida hasta el final, invocando al Corazón divino. Y por ello, pensando en el Papa Pablo VI, hoy, durante la oración del Ángelus, nos unimos de modo particular a Maria, y decimos: Corazón de Jesús, generoso para todos los  que te invocan, acoge a tu siervo en tu eterna luz.

LA SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DEL SEÑOR

 

La devoción eucarística, tan arraigada en el pueblo cristiano, debe ser educada para que capte dos realidades de fondo:

- que el punto de referencia supremo de la piedad eucarística es la Pascua del Señor; la Pascua, según la visión de los Padres, es la fiesta de la Eucaristía, como, por otra parte, la Eucaristía es ante todo celebración de la Pascua, es decir, de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús;

- que toda forma de devoción eucarística tiene una relación esencial con el Sacrificio eucarístico, ya porque dispone a su celebración, ya porque prolonga las actitudes cultuales y existenciales suscitadas por ella.

A causa precisamente de esto, el Rituale Romanum advierte: "Los fieles, cuando veneran a Cristo, presente en el Sacramento, recuerden que esta presencia deriva del Sacrificio y tiende a la comunión, sacramental y espiritual". (Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, año 2002, punto 161)

ORACIÓN 

 Oh Dios Todopoderoso y Eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a quienes te piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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